Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

La juventud griega pierde la fe en el futuro

Cuando el desempleo en Grecia alcanzó otro récord a finales de 2011, por primera vez el número de jóvenes desempleados superó a los que tenían trabajo. Qurratul-Ain Haider, un periodista con base en Ginebra, informa desde Atenas.

Noticia | 29 de mayo de 2012
La severa ráfaga de medidas de austeridad dirigidas a rescatar la crisis de la deuda del país, junto con una tasa de desempleo juvenil que supera el 50 por ciento, han destruido la confianza de los griegos.

El nivel de confianza se ha bajado hasta tal grado que, en una sociedad orgullosa de su antigüedad, tradiciones y lazos familiares, existe una nueva tendencia entre los más jóvenes de planificar su futuro en el exterior.

“Es triste que los jóvenes del país se vean obligados a mudarse lejos de sus familias y buscar trabajo en otros países mientras que los políticos han disfrutado de la vida”, declaró Fiona, una joven estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad de Atenas.
Es triste que los jóvenes del país se vean obligados a mudarse lejos de sus familias y buscar trabajo en otros países mientras que los políticos han disfrutado de la vida.”


Aquellos que no pueden migrar, con frecuencia, se amparan de la humillación del desempleo y de la pobreza viviendo con sus padres, dijo un profesor de arte en el distrito Plaza de Atenas.

Lo que perturba a Atenas es la falta de esperanza, un sinónimo de juventud.

Esta desesperanza se puede palpar en el corazón de la ciudad, en Syntagma Square, donde un árbol se ha convertido en el nuevo santuario de Atenas. Fue aquí donde Dimitris Christoulas, un farmacéutico jubilado, se disparó en abril de este año en un acto de protesta contra las severas medidas de austeridad implementadas por el Gobierno.

Mientras la gente se reúne alrededor del árbol adornado con velas conmemorativas y mensajes sentidos del público, quien se siente identificado con la frustración económica de Christoulas, es inevitable notar el número de jóvenes que menudean el sitio para leer los mensajes fijados en el tronco del árbol.

A la mayoría de los jóvenes griegos no les sorprende el desastre económico que ahora enfrentan.

Crecieron escuchando las quejas de sus padres sobre la situación económica. Muchos han llegado a la conclusión de que la crisis actual es el resultado de más de tres décadas de codicia e indiferencia política... y hasta que es producto de la inmigración.

“Existen muchos problemas en la ciudad, y el desempleo no es el único. La inmigración es un gran problema. No somos racistas. Por favor, recuerde eso. Pero la inmigración está fuera de control. No hay suficientes empleos para los griegos”, afirmó Eleni, una profesora de de arquitectura en Atenas.

Las palabras de Eleni revelan una situación lo que un estudio reciente de la OIT puso de manifiesto: En los países en desarrollo, los jóvenes están representados de manera desproporcionada entre los trabajadores pobres, y esto constituye un fuerte estímulo para emigrar. Y qué mejor lugar para observar esto que Omonia, la zona comercial del centro de Atenas.

Aquí nos encontramos con Aman, un joven proveniente de Bangladesh. El joven está sentado en un taburete en la acera fuera de la entrada de la tienda donde trabaja en Omonia, mientras vocea los precios de los artículos domésticos baratos para llamar la atención de los transeúntes.

De vez en cuando su jefe, un griego robusto le ordena a gritos que cargue cajas pesadas de un lado a otro de la tienda. ¿Cómo llegaste aquí?, le pregunta el jefe. Aman mira hacia la calle, escupe su goma de mascar y recita la ruta de su agente de migración: “Arabia Saudita, Irán, montañas, Turquía, frontera y aquí”.

Su jefe griego se vuelve sigiloso y mira fijamente a su empleado de habla hindi. No es difícil de comprender: Aman es un migrante indocumentado que va a estar dispuesto a trabajar por un sueldo más bajo.

Pero aún así, su trabajo tiene un valor superior del que tendría en su país. Él explica del salario promedio en su cuidad de orígen: “En Dhaka, 1.000 takas en un mes o quizás nada. Lo que gano aquí equivale a 5.000 takas. Y puedo ganar más para ayudar a mi familia en mi país”.

Este es el motivo por el cual muchos hombres jóvenes migrantes de Asia se endeudan por cuantiosas cifras en su país para pagar los agentes y luego arriesgan sus vidas para entrar en Grecia de manera ilegal.

Pero Aman es más afortunado que su amigo y compatriota, Basheer, quien perdió su empleo cuando cerró la fábrica griega donde trabajaba.

A pesar de las diferencias culturales y los estragos causados por la crisis económica en la vida de muchas personas, bien sea Aman de Bangladesh o Fiona, la estudiante de Grecia, el desempleo juvenil está en la mente de todos por las calles de Atenas.

Empleo juvenil perdido para varios años

Según el informe de la OIT Tendencias mundiales del empleo juvenil 2012, habrá que esperar cuatro o cinco años para volver a crear empleo. Hasta entonces, muchos de los 75 millones de jóvenes desempleados desistirán en su búsqueda de empleo. Informe de OIT TV desde Atenas (Grecia).