No trabajan ni estudian: el futuro de millones de jóvenes en el mundo
Millones de jóvenes alrededor del mundo han prácticamente abandonado la búsqueda de trabajo, según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
GINEBRA (Noticias de la OIT) – Millones de jóvenes alrededor del mundo han prácticamente abandonado la búsqueda de trabajo, según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La tasa de desempleo juvenil (en 12,6 por ciento en 2011) sería un punto porcentual más alta si incluyese el número de jóvenes que han salido del mercado de trabajo, dice la OIT en su informe Tendencias mundiales del empleo juvenil (www.ilo.org/getyouth).
Este es un fenómeno que se da en particular en las economías desarrolladas.
Un caso especial que despierta preocupación es el de los jóvenes que no trabajan, ni estudian ni reciben formación. Son los llamados NEET (por sus siglas en inglés), también conocidos como “jóvenes desconectados” en Estados Unidos y “ni-ni” en los países de habla hispana.
Este grupo ha crecido desde el inicio de la crisis, reflejando un distanciamiento cada vez mayor del mercado del trabajo entre los jóvenes.
Si los jóvenes son económicamente inactivos porque continúan sus estudios o formación, están invirtiendo en calificaciones que pueden mejorar su empleabilidad futura, pero los “ni-ni” corren el riesgo tanto de exclusión laboral como de marginación social.
Diversos países buscan una solución a este problema a través de medidas dirigidas a la educación, el empleo y la transición de la escuela al trabajo.
En la Unión Europea, muchos países han adoptado medidas para que aquellos que abandonan la escuela de reintegrarse a la educación. Esto con frecuencia va combinado con el acceso a la formación práctica.
En Bulgaria y Rumania, donde la deserción escolar está con frecuencia relacionada con la pobreza, el Estado ofrece programas de ayuda que incluyen merienda, libros de texto y transporte gratuitos.
Diversos países ofrecen incentivos, como la desgravación fiscal, para estimular a las empresas a formar y contratar jóvenes y, si es posible, a crear empleos adicionales.
A comienzos de este año, la administración de EE.UU. lanzó estrategias conjuntas con los dirigentes de las empresas y las comunidades para ofrecer empleos de verano a cientos de jóvenes “desconectados” y a jóvenes de bajos ingresos. El objetivo era ayudarlos a obtener experiencia laboral, competencias y contactos.
Las políticas basadas en estrategias de asociación más allá del sector público también han demostrado ser especialmente eficaces.
El informe de la OIT se publica en vísperas del Foro Mundial sobre Empleo Juvenil (www.ilo.org/yef) en Ginebra del 23 al 25 de mayo, que reunirá a alrededor de 100 jóvenes provenientes de todas las regiones del mundo para debatir sobre el trabajo decente.
La tasa de desempleo juvenil (en 12,6 por ciento en 2011) sería un punto porcentual más alta si incluyese el número de jóvenes que han salido del mercado de trabajo, dice la OIT en su informe Tendencias mundiales del empleo juvenil (www.ilo.org/getyouth).
Este es un fenómeno que se da en particular en las economías desarrolladas.
Un caso especial que despierta preocupación es el de los jóvenes que no trabajan, ni estudian ni reciben formación. Son los llamados NEET (por sus siglas en inglés), también conocidos como “jóvenes desconectados” en Estados Unidos y “ni-ni” en los países de habla hispana.
Este grupo ha crecido desde el inicio de la crisis, reflejando un distanciamiento cada vez mayor del mercado del trabajo entre los jóvenes.
Si los jóvenes son económicamente inactivos porque continúan sus estudios o formación, están invirtiendo en calificaciones que pueden mejorar su empleabilidad futura, pero los “ni-ni” corren el riesgo tanto de exclusión laboral como de marginación social.
Algunas cifras nacionales y regionales en relación a los “ni-ni” |
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Herramientas para enfrentar el problema
Diversos países buscan una solución a este problema a través de medidas dirigidas a la educación, el empleo y la transición de la escuela al trabajo.
En la Unión Europea, muchos países han adoptado medidas para que aquellos que abandonan la escuela de reintegrarse a la educación. Esto con frecuencia va combinado con el acceso a la formación práctica.
En Bulgaria y Rumania, donde la deserción escolar está con frecuencia relacionada con la pobreza, el Estado ofrece programas de ayuda que incluyen merienda, libros de texto y transporte gratuitos.
Diversos países ofrecen incentivos, como la desgravación fiscal, para estimular a las empresas a formar y contratar jóvenes y, si es posible, a crear empleos adicionales.
A comienzos de este año, la administración de EE.UU. lanzó estrategias conjuntas con los dirigentes de las empresas y las comunidades para ofrecer empleos de verano a cientos de jóvenes “desconectados” y a jóvenes de bajos ingresos. El objetivo era ayudarlos a obtener experiencia laboral, competencias y contactos.
Las políticas basadas en estrategias de asociación más allá del sector público también han demostrado ser especialmente eficaces.
El informe de la OIT se publica en vísperas del Foro Mundial sobre Empleo Juvenil (www.ilo.org/yef) en Ginebra del 23 al 25 de mayo, que reunirá a alrededor de 100 jóvenes provenientes de todas las regiones del mundo para debatir sobre el trabajo decente.