LISBOA (Noticias de la OIT) – La 8a Reunión Regional Europea de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) comienza el martes en esta ciudad con el desafío de forjar una respuesta de “trabajo decente” a la crisis financiera y económica, así como a las crecientes pérdidas de puestos de trabajo y dificultades sociales.

“Vemos un drástico deterioro de la producción y de los niveles de empleo en toda la región”, dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia. “Las repercusiones sociales y políticas de una recesión profunda y prolongada son enormes. Nuestra atención prioritaria debe centrarse en frenar la caída hacia una recesión de gran impacto social”.

Las huellas que ha dejado la crisis financiera y económica en las trabajadoras y trabajadores son evidentes a lo largo de los 51 países de la región, de acuerdo con proyecciones actualizadas del impacto de la crisis y de las respuestas políticas que se le han dado, preparadas en vísperas de la reunión.

Las nuevas previsiones señalan que la crisis ocasionó una inversión de las prometedoras tendencias hacia una disminución del desempleo, que se observaban en los países del Sudeste de Europa (no UE) y en los países miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) después del año 2000.

Un estudio reciente de la OIT sobre Tendencias Mundiales del Empleo muestra además que si el crecimiento disminuye con mayor rapidez y los esfuerzos de recuperación son diferidos hasta 2010, la región del Sudeste de Europa (no UE) y los países CEI podrían ver sus tasas de desempleo aumentar de 8,8 a 9,8 por ciento en 2009, mientras que en la Unión Europea y otras economías desarrolladas la tasa de desempleo podría enfrentar un aumento del 1,5 por ciento: de 6,4 por ciento en 2008 a 7,9 por ciento en 2009.

Los gobiernos y representantes de trabajadores y empleadores que asistirán a la reunión tienen previsto evaluar los diferentes paquetes de incentivos que se están implementando y discutir medidas económicas, de empleo y sociales apropiadas, con el objetivo de incorporar la Agenda de Trabajo Decente de la OIT como un componente clave de las respuestas políticas a la crisis.

“Hoy en día se requieren medidas audaces para proteger a los trabajadores y a las familias más expuestas a la crisis, y para apoyar la demanda a través de la inversión y de las empresas. Los gobiernos, trabajadores y empleadores utilizarán esta reunión para comparar enfoques y buscar consensos sobre el camino a seguir”, dijo Juan Somavia.

Si bien muchas de las discusiones se concentrarán en soluciones a corto plazo contra la crisis, también se abordarán perspectivas de mejoramiento de la situación de trabajo decente en Europa y Asia Central a largo plazo. En este sentido, los delegados también analizarán los desequilibrios globales que se encuentran al centro de la actual situación económica, incluyendo el aumento de las desigualdades de ingresos y los cambios en la proporción salario/beneficio.

Siguiendo este objetivo, los delegados analizarán también una serie de políticas sociales, incluyendo políticas del mercado laboral y flexiguridad, diálogo social, políticas para conciliar trabajo y familia, protección social, derechos fundamentales en el trabajo y políticas de salarios. El encuentro de cinco días servirá además como plataforma para revisar el trabajo que la OIT ha llevado a cabo desde la última reunión regional hace cuatro años en Budapest.

Europa y Asia Central enfrentan diferentes grados de exposición a la crisis y su capacidad de respuesta también es variada. Por ejemplo, los balances fiscales y corrientes varían de manera significativa entre los países, así como los niveles de desempleo “pre crisis” y el alcance de los sistemas de seguridad social.

Como en otras partes del mundo, la crisis primero afectó los servicios financieros y los sectores de la construcción de Europa y Asia Central. Luego se desplazó hacia los sectores industriales y de servicios, y de esta manera produjo una brusca caída de los pedidos a lo largo de la cadena de suministro y fomentó el desempleo.

La OIT ha identificado una serie de medidas necesarias para proteger a las personas, apoyar a las empresas productivas, salvaguardar los empleos y abordar el impacto de la crisis en la economía real, incluyendo:

 

• Mayor control para garantizar el pleno respeto de los principios y derechos fundamentales en el trabajo, concretamente la libertad sindical y el derecho de la negociación colectiva, la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio, la efectiva erradicación del trabajo infantil, y la eliminación de la discriminación en relación al trabajo o la profesión.

 

 

• Reflexión y consulta, a través del diálogo social, sobre opciones de políticas y prioridades a seguir para la recuperación.

 

 

• Debería considerarse la ampliación de los beneficios de desempleo, facilitar la formación adicional y las oportunidades de readaptación profesional, fortalecer los servicios de colocación, y ampliar o establecer planes de emergencia para el empleo y las redes de seguridad.

 

 

• Desarrollar y mejorar medidas de protección social – seguridad social y protección laboral – que sean sostenibles y ajustables a las circunstancias nacionales, incluyendo la extensión de la seguridad social para todos.

 

 

• Establecer sistemas de relaciones de empleo sólidos que contribuyan a equilibrar el crecimiento económico, en particular para ayudar a evitar políticas que exacerben desequilibrios mundiales o aumenten las desigualdades en los ingresos.

 

“Nuestra atención debe volcarse a la protección de los miembros más vulnerables de la fuerza de trabajo, a las empresas sostenibles – en especial las más pequeñas –, para que tengan acceso a un financiamiento adecuado, y al uso extensivo de las instituciones de diálogo social para desarrollar respuestas políticas”, dijo Juan Somavia.

Nota para los corresponsales

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