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La productividad del trabajo más alta la tiene EE.UU. mientras en el resto del mundo algunas regiones avanzan pero otras permanecen rezagadas

Si bien los niveles de la productividad aumentaron durante la última década, continúa existiendo una brecha importante entre los países industrializados y las demás regiones. Esa brecha, sin embargo, ahora es más estrecha en el caso de regiones donde se registraron avances importantes, destacó un nuevo informe de la OIT, que añade que el desperdicio del potencial productivo de los trabajadores es una de las principales causas de la pobreza mundial.

Comunicado de prensa | 2 de septiembre de 2007

Si bien los niveles de la productividad aumentaron durante la última década, continúa existiendo una brecha importante entre los países industrializados y las demás regiones. Esa brecha, sin embargo, ahora es más estrecha en el caso de regiones donde se registraron avances importantes, destacó un nuevo informe de la OIT, que añade que el desperdicio del potencial productivo de los trabajadores es una de las principales causas de la pobreza mundial.

GINEBRA (Noticias de la OIT) – Si bien los niveles de la productividad aumentaron durante la última década, continúa existiendo una brecha importante entre los países industrializados y las demás regiones, destacó un nuevo informe (Nota 1) de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) difundido hoy.

Esa brecha, sin embargo, ahora es más estrecha en el caso de regiones donde se registraron avances importantes, como Asia Meridional, Asia Oriental y Europa Central y Sudoriental (no UE) y CEI.

El informe de la OIT sobre “Indicadores Clave del Mercado de Trabajo, 5a edición”, conocidos como KILM por su acrónimo en inglés, dice que Estados Unidos lleva una considerable ventaja al resto del mundo en la productividad del trabajo por persona empleada en 2006, a pesar del rápido aumento registrado por Asia Oriental donde los trabajadores ahora producen el doble que hace 10 años atrás.

El informe agrega que la brecha de productividad entre EE.UU. y la mayoría de los países industrializados es relevante. El valor agregado por persona empleada en Estados Unidos fue de 63.885 dólares en 2006, seguido a considerable distancia por Irlanda con 55.986 dólares, Luxemburgo con 55.641 dólares, Bélgica con 55.235 dólares, y Francia con 54.609 dólares.

Sin embargo, los estadounidenses trabajan más horas por año que la mayoría de los trabajadores en otras economías industrializadas. Por este motivo, al medir el valor agregado por trabajador por hora Noruega alcanza el mayor nivel de productividad con 37,99 dólares por hora, seguida de Estados Unidos con 35,63 dólares y Francia con 35,08 dólares.

El aumento de la productividad es principalmente el resultado de una mejor combinación de capital, trabajo y tecnología. La falta de inversión en la gente a través de formación y capacitación, o en equipamiento y tecnología, pueden conducir a una subutilización del potencial de la mano de obra en el mundo.

“La gran brecha en materia de productividad y riqueza es muy preocupante”, dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia. “El aumento del nivel de productividad de los trabajadores de menores ingresos en los países más pobres es esencial para lograr reducir los enormes déficit de trabajo decente del mundo.”

En Asia Oriental, donde los niveles de productividad aumentaron más rápidamente, hasta el punto que se duplicaron en 10 años, la producción por trabajador subió de una octava parte de lo que registraban los países industrializados en 1996 a la quinta parte en 2006. Por otra parte, en Asia Sudoriental y el Pacífico los niveles de productividad fueron siete veces menores que los de países industrializados, y en Asia Meridional ocho veces.

En Medio Oriente y en América Latina y el Caribe el valor agregado por persona empleada es casi tres veces menor que en las economías industrializadas. En Europa Central y Sudoriental (no UE) y CEI es 3,5 veces menor, y en África del Norte 4,0 veces menor. La brecha más grande se presentó en el caso de África Subsahariana, donde el nivel de productividad por persona empleada fue la doceava parte de un trabajador en las economías industrializadas.

Considerables déficit de trabajo decente

La 5ª edición de los KILM ofrece mayor análisis y nuevas mediciones de lo que la OIT denomina como “déficit de trabajo decente”. El trabajo decente es productivo y permite un ingreso justo, implica seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, así como la posibilidad de que las personas se expresen, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas.

“Cientos de millones de mujeres y hombres trabajan duro y por largas jornadas pero sin las condiciones que les permitirían a ellos y a sus familias superar la pobreza o el riesgo de ser cada vez más pobres. La agenda internacional del desarrollo debe considerar como una prioridad el aumento de su potencial productivo para liberar capacidades que hoy son subutilizadas”, dijo Somavia.

Según el informe de los KILM, 1.500 millones de personas están “potencialmente subutilizadas”, lo que equivale a la tercera parte de la población en edad de trabajar. Este nuevo cálculo sobre la subutilización de la mano de obra incluye a 195,7 millones de desempleados y a casi 1.300 millones de trabajadores pobres que viven con sus familias con menos de 2 dólares diarios por persona.

Los desempleados quieren trabajar pero no consiguen una oportunidad. Los trabajadores pobres, en cambio, están empleados pero no ganan lo suficiente para superar la pobreza.

El informe además estima que la mitad de todas las mujeres y hombres con empleo son vulnerables a la pobreza. Son personas que se desempeñan en la economía informal, con mayor riesgo de carecer de protección, sin seguridad social y sin una voz en el trabajo. Más de 70 por ciento de los trabajadores en África Subsahariana y Asia Meridional están en situación de empleo vulnerable.

El informe también destaca que además de la subutilización de la mano de obra en el mundo hay una gran cantidad de personas, aproximadamente la tercera parte de la población en edad de trabajar, que no participan en los mercados laborales. Durante los últimos 10 años la tasa de inactividad ha sido mucho más alta para las mujeres (cinco de cada 10) que para los hombres (dos de cada 10). Esto significa que hay un importante potencial de fuerza de trabajo femenina que permanece sin explotar.

El informe de los KILM cubre diversas facetas del empleo decente y productivo a través de 20 indicadores, incluyendo: tipo y situación del empleo, la falta de trabajo y las características de quienes lo están buscando, educación remuneraciones, ingresos y costos de compensación, productividad del trabajo y pobreza de los trabajadores.

Analizados en conjunto, los indicadores KILM permiten contar con una base sólida para examinar las relaciones existentes entre pobreza, déficit de trabajo decente y subutilización de la mano de obra.

Para mayor información, contacte a Laetitia Dard en dard@ilo.org, +4122/799-8272 o +4178/685-0117 o al Departamento de Communicación en communication@ilo.org, +4122/799-7912.


Nota 1 - Indicadores Clave del Mercado de Trabajo (KILM), 5ª edición, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 2007. www.ilo.org/trends.