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Programa conjunto: nueva iniciativa contra La violencia laboral en el sector de la salud

GINEBRA (Noticias de la OIT) - Frente a la violencia creciente que aflige a uno de cada dos profesionales de la salud de todo el mundo, hoy se ha puesto en marcha una nueva iniciativa en el marco de un programa conjunto de organizaciones especializadas en el ámbito del trabajo, la salud y los servicios públicos con el propósito de ayudar a estos profesionales a combatir el miedo, las agresiones, la humillación e incluso el homicidio en sus lugares de trabajo.

Comunicado de prensa | 24 de octubre de 2002

GINEBRA (Noticias de la OIT) - Frente a la violencia creciente que aflige a uno de cada dos profesionales de la salud de todo el mundo, hoy se ha puesto en marcha una nueva iniciativa en el marco de un programa conjunto de organizaciones especializadas en el ámbito del trabajo, la salud y los servicios públicos con el propósito de ayudar a estos profesionales a combatir el miedo, las agresiones, la humillación e incluso el homicidio en sus lugares de trabajo.

Durante una reunión celebrada en la sede de la OIT en Ginebra, el grupo de trabajo conjunto, compuesto por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Internacional de Servicios Públicos (ISP) y el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), ha dado a conocer las "Directrices marco para tratar la violencia laboral en el sector de salud".

Esta iniciativa se adopta como respuesta al acuciante problema de la violencia en los hospitales y otros centros de salud de los países en desarrollo y desarrollados de todo el mundo. Las investigaciones ponen de manifiesto que cerca del 25 por ciento de los incidentes violentos en el trabajo se produce en el sector de la salud, y que más del 50 por ciento de los profesionales de la atención sanitaria ha experimentado incidentes de este tipo.

Vittorio di Martino, especialista en seguridad y salud internacional, ha estudiado la violencia que sufren las personas en el lugar de trabajo y afirma que los datos que se conocen hasta el momento son sólo la punta del iceberg. Según este experto, resulta cada vez más evidente el enorme costo que entraña la violencia en el trabajo para las personas, el lugar de trabajo y la comunidad en su conjunto.

En el estudio se indica que la violencia en los sectores relacionados con la salud va mucho más allá de las agresiones o las ofensas individuales, pues pone en peligro la calidad de la atención de la salud, la productividad y el desarrollo. Di Martino asegura que, en el sector de la salud, las consecuencias de la violencia en el trabajo repercuten considerablemente sobre la eficacia de los sistemas de salud, especialmente en los países en desarrollo.

Las mujeres son especialmente vulnerables. El informe señala que, aunque el personal de las ambulancias es el más expuesto, la posibilidad de que las enfermeras sufran episodios de violencia en el lugar de trabajo es tres veces mayor que en otros grupos profesionales. El hecho de que las mujeres sean mayoría entre los agentes de salud resalta la dimensión de género de este problema.

De acuerdo con la Comisión Europea, las directrices definen la violencia en el lugar de trabajo como los "incidentes en los que el personal sufre abusos, amenazas o ataques en circunstancias relacionadas con su trabajo - incluidos el viaje de ida y vuelta a él - que pongan en peligro, explícita o implícitamente, su seguridad, su bienestar o su salud". Si bien la violencia en el lugar de trabajo se ha convertido en un problema grave en todos los sectores de servicios, el informe pone de manifiesto que los profesionales de la salud se encuentran entre los que sufren mayores riesgos:

  • En los Estados Unidos, los trabajadores de la atención de salud se enfrentan a un riesgo 16 veces mayor de sufrir incidentes violentos que los trabajadores de otros servicios. En los EE.UU., más de la mitad de las denuncias de agresión en el lugar de trabajo se produce en el sector de la salud.
  • En el Reino Unido, casi el 40 por ciento del personal del Servicio Nacional de la Salud dijo haber sufrido intimidaciones en 1998.
  • En Australia, el 67,2 por ciento de los profesionales de la salud fue objeto de violencia física o psicológica en 2001.
  • La violencia generalizada en el trabajo contra el personal de la salud no se limita al mundo industrializado. Más de la mitad de los agentes de salud de Bulgaria (el 75,8 por ciento), Sudáfrica (el 61 por ciento) y Tailandia (el 54 por ciento), así como el 46,7 por ciento de los trabajadores sanitarios de Brasil, sufrieron al menos un incidente de violencia física o psicológica en 2001.
  • Las investigaciones también ponen de relieve que la violencia psicológica en el lugar de trabajo, que abarca los abusos verbales, la intimidación y el acoso moral, es más frecuente que la violencia física, y que entre el 40 y el 70 por ciento de las víctimas muestran síntomas de estrés considerables.
  • La violencia en el lugar de trabajo afecta a hombres y mujeres de todos los grupos profesionales y entornos laborales del sector de la salud. Sin embargo, la mayor tasa de incidencia de delitos corresponde al personal de ambulancias, las enfermeras y los médicos. Los grandes hospitales de las zonas residenciales, densamente pobladas o con un alto índice de criminalidad, así como los que se encuentran en lugares apartados, son particularmente vulnerables.
  • En muchos países ni existen procedimientos de notificación, ni se persigue a los agresores. Las estrategias de lucha contra la violencia en el lugar de trabajo en el sector de la salud aún tienen un largo camino por delante, empezando por la sensibilización y la comprensión del problema entre el personal de atención de la salud y las demás partes interesadas, a todos los niveles.

Las directrices tienen como finalidad ayudar a todos los responsables de la seguridad en el lugar de trabajo, ya sean gobiernos, empleadores, trabajadores, sindicatos o entidades profesionales, y al público en general. En particular, las directrices muestran la manera en que el personal de atención de la salud puede abordar el problema de la violencia en este sector, examinar los distintos tipos de intervención y lograr la implicación de todas las partes interesadas de una manera coherente, no discriminatoria y respetuosa con las particularidades culturales y las cuestiones de género; determinar, evaluar y disminuir los riesgos a través de medidas preventivas, así como reducir al mínimo las repercusiones de la violencia y evitar que esta se repita.

En las directrices se da prioridad al desarrollo de una cultura del lugar de trabajo centrada en la persona y basada en la dignidad, la no discriminación, la igualdad de oportunidades y la cooperación, que incluya una declaración de política formulada claramente por el personal directivo superior respecto de la violencia en el trabajo, así como iniciativas de sensibilización en todos los ámbitos. Está previsto que la OIT adopte en octubre de 2003 un Repertorio de recomendaciones prácticas sobre la violencia y el estrés en el trabajo en el sector de los servicios: una amenaza para la productividad y el trabajo decente.

Cary L. Cooper y Naomi Swanson, Workplace violence in the health sector - State of the Art, ILO, WHO, ICN and PSI 2002. ISBN 92-2-113237-4; Vittorio di Martino, Workplace violence in the health sector - Country case studies (Brazil, Bulgaria, Lebanon, Portugal, South Africa, Thailand, and an additional Australian study), Synthesis report, ILO, WHO, ICN and PSI 2002. ISBN 92-2-113441-5.

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