Mensaje de Juan Somavia Director General de la Oficina Internacional del Trabajo en ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente 2011

Declaración | Geneva | 3 de junio de 2011

5 de junio de 2011, el Día Mundial del Medio Ambiente

Un futuro sostenible es un futuro verde. En este cuadro, los bosques son un componente indispensable.

El tema de este año “Bosques– la naturaleza a su servicio” nos recuerda cómo destruimos los bosques en desmedro propio. Su destino ilustra de manera dramática que el desarrollo social, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental están estrechamente interrelacionados.

La no sostenibilidad del modelo de crecimiento dominante ha sido cabalmente mostrada desde un punto de vista económico, ambiental, social y político. La degradación del medio ambiente es una de las manifestaciones de los desequilibrios producidos por este modelo de crecimiento ineficiente. El fracaso para proveer suficientes oportunidades de trabajo decente a la gente que lo necesita es otra.

La crisis económica que el modelo produjo ha dejado a millones de personas sin empleo y ha arrojado a la pobreza a muchos más. A nivel global, en 2010 había 27.6 millones más de desempleados que antes de la crisis. Se estima que en 2009 el número de trabajadores en extrema pobreza fue superior en 40 millones al valor que se habría registrado en ausencia de la crisis. Y la situación previa a la crisis ya era inaceptable. La degradación ambiental, el mal uso de los recursos forestales y la fuertemente arraigada crisis de empleo y trabajo decente están interconectados.

En el marco de un modelo de crecimiento ineficiente con marcado déficit de trabajos decentes, el intento por sobrevivir mediante la explotación indiscriminada de los recursos exacerba el uso no sostenible de los bosques, con la consiguiente pérdida de empleos y medios de vida. Asimismo, promueve la adopción de prácticas laborales intolerables como el trabajo forzoso.

No obstante, los bosques están al servicio de la creación de empleo. Debemos adoptar medidas para asegurar que se encuentren también al servicio de la creación de empleo decente.

Decenas de millones de personas dependen directamente de los bosques para su sustento. Para 60 millones de personas indígenas y tribales los bosques representan no sólo la base económica de su supervivencia. También representan los fundamentos de su identidad cultural y espiritual. Aproximadamente 14 millones de personas están empleadas en el sector formal de la actividad forestal. La supervivencia de un número mucho mayor de personas depende del uso informal y a veces de subsistencia de los bosques.

Investigaciones conducidas por la OIT han demostrado que existen significativas oportunidades de empleo sostenible e ingresos en los bosques amazónicos. Otro estudio en colaboración con China sugiere que la reforestación puede crear cientos de miles de empleos rurales temporarios y permanentes.

La opción es aprovechar estas oportunidades o continuar con el círculo vicioso de dependencia económica, sobreexplotación y degradación de los recursos y pérdida de medios de vida. Un futuro sostenible implica transformar estas oportunidades en empleos decentes y verdes.

A pesar de los enormes desafíos un número mayor de países está desarrollando esfuerzos para construir una relación mutuamente favorable entre los bosques y las personas.

El uso sostenible de los bosques requiere una fuerza laboral capacitada y buenas prácticas laborales. Los sistemas de certificación y sellos para el manejo sostenible de bosques ya han incorporado normas internacionales de empleo. En el marco de la Iniciativa por los Empleos Verdes que lideran el PNUMA, la Confederación Sindical Internacional, la Organización Internacional de Empleadores y la OIT, nuestro reciente estudio ‘Calificaciones para empleos verdes’ destaca el rol de la capacitación en el control de la deforestación (Brasil), en la creación de empleo para jóvenes de bajos ingresos y desempleados (República de Corea) y en la reducción de la pobreza (Uganda).

Brasil ha avanzado en la incorporación de normas de trabajo decente en el manejo de los bosques de la región amazónica. Asimismo, los programas para la Reducción de las emisiones producto de la deforestación y la degradación ambiental en países en desarrollo (REDD+) reconocen crecientemente que los beneficios en materia de empleo, ingresos y gobernanza local son críticos para el éxito de esos esquemas.

Debemos aprovechar la oportunidad de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible en Río en 2012 para avanzar hacia un modelo de crecimiento inclusivo con políticas eficientes para las personas, la inversión productiva y la naturaleza.