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Prevención del VIH

En Vietnam, las malas condiciones laborales predominan en el trabajo sexual

Un nuevo estudio de la OIT muestra que la mayoría de los trabajadores sexuales comenzaron a ejercer esta actividad de forma voluntaria sin embargo, son incapaces de controlar la seguridad y salud en el trabajo.

Noticia | 16 de septiembre de 2016
HANÓI (OIT Noticias) – Gran parte de los trabajadores sexuales se incorporó a la industria de manera voluntaria no obstante, deben enfrentar condiciones de trabajo precarias cuyas implicancias afectan la salud y la seguridad en el trabajo según muestra un nuevo estudio de la OIT.

La investigación de tipo cualitativa, presentada en el taller sobre medidas políticas y llamado “Reducir los riesgos en el trabajo sexual – Seguridad, salud y protección de los derechos humanos” el 16 de septiembre en Hanói, se basó en entrevistas exhaustivas a trabajadores del sexo: mujeres, hombres, transexuales, proxenetas y autoridades locales vietnamitas.

De los 73 trabajadores encuestados, sólo uno declaró haber sido obligado a prostituirse. Sin embargo, a numerosos trabajadores que ejercen en los lugares de encuentro les controlaban sus movimientos o les retenía su documento de identidad.

“La principal motivación para incorporarse a la industria del sexo era la creciente carga de la responsabilidad económica, muchos de ellos habían realizado otros trabajos informales antes de decidir que el trabajo sexual era una de las mejores opciones que se les presentaba en ese momento”, declaró Pham Thi Thanh Huyen, Coordinadora nacional del proyecto de la OIT sobre la mejora de las condiciones de trabajo en el sector del entretenimiento a fin de fortalecer los programas de prevención, cuidado y tratamiento en materia de VIH en Vietnam.

La calidad de las condiciones físicas de los lugares de trabajo donde el sexo se negocia y se vende varía mucho. En un extremo del espectro, se encuentran los espacios públicos, los burdeles, los bares baratos, los restaurantes, los bares de karaoke, los salones de masajes, por lo general frecuentados por trabajadores mal remunerados o por residentes locales. En el otro extremo, se encuentran locales bien mantenidos y costosos, clubes, discotecas, saunas, salones de masajes y restaurantes, que por lo general reciben clientes con mayores recursos económicos.

Los lugares más baratos tienen las peores instalaciones, con los trabajadores que se quejan por los espacios sucios, pequeños, mal ventilados y sin lugar para descansar. Además, ellos con frecuencia se preocupan por su salud y seguridad. Los que trabajan en la calle se sienten amedrentados, se preocupan por el tráfico y la contaminación, así como por el alto riesgo de tener que trabajar en espacios públicos junto a traficantes de drogas, quienes están sujetos a redadas habituales de la policía, y al riesgo permanente de ser víctima de robos y violencias.

Si bien pueden beneficiarse de horarios de trabajo más flexibles, lo que les permite asumir otras responsabilidades, las prostitutas a tiempo completo por lo general trabajan largas jornadas, entre 10 y 12 horas diarias. Según el estudio, los trabajadores que ejercen en los lugares de encuentro tienen el mayor número de clientes al día. En promedio, las mujeres ofrecen servicios sexuales a entre 6 y 10 clientes, y en los períodos de mayor demanda hasta a 30 por día, mientras que los hombres prestan servicio a entre 3 y 10 clientes al día. En comparación, los que trabajan en la calle tienen en promedio 5 o menos clientes al día. Muchos proxenetas entrevistados en el marco de la investigación dijeron que esta era una carga de trabajo pesada.

La violencia y el miedo de ser víctima de algún delito fueron manifestados en todos los lugares de trabajo y por prácticamente todos los trabajadores sexuales, siendo la calle el lugar de trabajo considerado el más peligroso y las mujeres las más expuestas a la violencia.

Malas condiciones de trabajo, largas jornadas, pesada carga de trabajo y violencia tienen repercusiones sobre la seguridad y la salud en el trabajo. Además de los problemas de salud que regularmente están relacionados con el trabajo sexual, tales como el VIH, las enfermedades de transmisión sexual y el consumo de drogas, los trabajadores sexuales están expuestos a numerosos otros factores que perjudican su salud.

“Muchos trabajadores sexuales sufren de estrés y de problemas de salud mental porque no les gusta su trabajo”, indicó Pham Thi Thanh Huyen. “Además, muchos se ven obligados por sus empleadores, clientes o sí mismos a beber una gran cantidad de bebidas alcohólicas, lo cual les produce un dolor de estómago constante. Otros sufren de temblores relacionados con el exceso de actividad sexual o lesiones causadas por violaciones colectivas”.

Numerosos empleadores proporcionan preservativos, ya que el VIH es el mayor riesgo que corren los trabajadores y además perjudica su reputación y su negocio. Sin embargo, el uso sistemático del preservativo es bajo. Ya que gran parte de la industria del sexo se asocia con la industria del entretenimiento para adultos, muchas de las recomendaciones formuladas en el estudio también son pertinentes a la industria del entretenimiento en general.

“Debemos garantizar que los empleadores de las empresas del entretenimiento cumplan las leyes para proteger la salud y la seguridad y respeten los derechos laborales de sus empleados”, señaló Chang-Hee Lee, Director de la Oficina de la OIT en Vietnam. “El papel de los inspectores de la salud y del trabajo a nivel local es muy importante. Ellos deberían ser sensibilizados y formados sobre esta materia; y la salud y la seguridad, los derechos laborales de los trabajadores de la industria del entretenimiento deberían ser incluidos en sus planes de inspección”.

Las últimas estimaciones indican que en Vietnam hay alrededor de 101.300 trabajadores sexuales, en que el 72.000 de ellos son mujeres.