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Migración

La cooperación internacional es esencial para promover los derechos de los trabajadores domésticos migrantes

Compartir las experiencias y las buenas prácticas tanto en los países de destino como en los de origen es fundamental para mejorar los derechos de los trabajadores domésticos migrantes, afirma María Elena Valenzuela, Coordinadora de proyecto, Programa de Acción Mundial sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos migrantes y sus familias.

Opinión | 27 de mayo de 2016
Maria Elena Valenzuela, Coordinadora de proyecto, ILO GAP-MDW
GINEBRA (OIT Noticias) – Hace dos semanas me uní a responsables políticos y organizaciones de trabajadores y de empleadores en Antananarivo, Madagascar, para intercambiar experiencias y buenas prácticas en la promoción de una agenda de migración justa para los trabajadores domésticos migrantes en África, los Estados Árabes y Asia.


Si bien el acceso a la protección social y el respeto de los derechos laborales de los trabajadores domésticos migrantes es una preocupación global, los Estados Árabes albergan el mayor número de trabajadores domésticos migrantes del mundo, estimados en 1,6 millones de personas, gran parte proveniente de Asia y, más recientemente, también de África.

El Foro, organizado por el Programa de Acción Mundial sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos migrantes y sus familias (GAP-MDW, por sus siglas en inglés) con el apoyo de la UE y el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido, refleja el gran y creciente interés de la cooperación internacional para promover el trabajo decente y proteger los derechos de los trabajadores domésticos migrantes.

¿Por qué es tan importante?

Hoy en día, alrededor de uno de cada cinco trabajadores domésticos en el mundo es migrante. Esto significa que hay unos 11,5 millones de trabajadores domésticos migrantes – predominantemente mujeres – que limpian, cocinan y cuidan de los niños y de los ancianos, entre otras tareas, con frecuencia con poca o ninguna protección social o legal.

Los trabajadores domésticos migrantes están particularmente expuestos a las violaciones de los derechos humanos y laborales, dada la naturaleza misma de su trabajo y porque generalmente están excluidos de la legislación nacional del trabajo.

El intercambio de información es fundamental

Desde su creación en 2013, el GAP-MDW trabaja con los gobiernos y los actores de la sociedad civil de los países de origen y de destino a fin de facilitar el intercambio de buenas prácticas, así como las lecciones aprendidas y los desafíos comunes. Cuatro años más tarde, cuando el programa está por concluir, este compromiso está ayudando a hacer realidad los derechos de los trabajadores domésticos migrantes.

Durante el foro de hace dos semanas, las discusiones en torno a un nuevo acuerdo entre Uganda y Arabia Saudita sobre el trabajo doméstico fue instructivo: el acuerdo constituye un segundo intento tras las preocupaciones planteadas en materia de protección de los trabajadores en el marco del acuerdo anterior. El GAP-MDW proporciona una plataforma de intercambio de conocimientos tanto para los países de origen como para los países de destino a fin de reforzar la gobernanza nacional del trabajo para los trabajadores domésticos migrantes, así como la solidaridad regional para proteger sus derechos.

Desde entonces, Uganda ha solicitado una reunión tripartita para conocer las mejores prácticas en el ámbito de los acuerdos laborales sobre trabajadores domésticos migrantes.

Herramientas prácticas

Además del componente de intercambio de políticas, el programa produjo una serie de herramientas prácticas para los trabajadores domésticos migrantes, los organizadores, los empleadores y los responsables políticos. Estas incluyen: los pasaportes o guías informativas para los trabajadores domésticos migrantes, una aplicación para teléfonos móviles, manuales de formación profesional, una serie de documentos de investigación y una guía sobre los derechos de los trabajadores domésticos producida conjuntamente con los socios del proyecto: la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Federación Internacional de Trabajadores del Hogar (IDWF).

“Para mejorar las condiciones de los trabajadores domésticos es necesario disponer de organizaciones de trabajadores domésticos más fuertes”, declaró Elizabeth Tang, Secretaria General de la IDWF. “A través del proyecto GAP-MDW de la OIT hemos logrado sensibilizar a nuestros miembros en todos los niveles.”

La organización lanza un desafío a todos los países a fin de que reconozcan y protejan a los trabajadores domésticos – incluyendo a los trabajadores domésticos migrantes – como a cualquier otro trabajador, y a adherirse al Convenio nº189 sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos de 2011 de inmediato. Este es un desafío ambicioso, pero actualmente la IDFW tiene unas 58 organizaciones afiliadas en 46 países, que representan a medio millón de trabajadores, y los estudios muestran que la demanda de trabajadores domésticos está aumentando.

Las iniciativas como este foro de Madagascar, que dan prioridad a la cooperación y a las asociaciones internacionales para promover los derechos de los trabajadores domésticos migrantes, son cruciales. Si se suman a los esfuerzos de sindicación por parte de la creciente red de trabajadores domésticos migrantes, el trabajo decente para los trabajadores domésticos migrantes como está previsto en el Convenio nº189 de la OIT está a nuestro alcance.