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¿Puede Europa seguir costeando la asistencia médica y los cuidados de larga duración de sus ancianos?

El envejecimiento es una mecha de combustión lenta que tiene un fuerte impacto sobre el gasto público y el clima social, como lo puso en evidencia la huelga por la reforma de las pensiones en el Reino Unido esta semana. La situación es particularmente grave en relación con la atención médica y los cuidados de larga duración. Aún más dramática es la carga financiera de los hogares que cuidan de los ancianos. Xenia Scheil-Adlung es Coordinadora de Políticas de Salud de la OIT.

Noticia | 11 de mayo de 2012

¿Por qué el cuidado de las personas mayores se ha convertido en un problema?


Xenia Scheil-Adlung: Los ancianos están más expuestos a riesgos, ya que son más propensos a las enfermedades y a condiciones de discapacidad que necesitan atención médica y cuidados de larga duración. La cuota del producto interno bruto (PIB) destinada a la salud pública constituye el segundo gasto más importante - después de los regímenes de pensiones - y representa entre el 5,5 y el 8,5 del PIB en los países europeos.

En la Unión Europea, está previsto que el gasto en asistencia sanitaria aumente del 6,4 por ciento del PIB en 2007 al 8,6 por ciento en 2060, mientras que el gasto en los cuidados de larga duración podría incrementar en más del doble entre 2007 y 2050.

¿Quiénes son los más vulnerables entre los ancianos?


Xenia Scheil-Adlung: El reciente estudio de la OIT “Can the elderly in Europe afford the financial burden of health and long-term care?” muestra que el gasto para el cuidado de larga duración es más alto para los pobres que para los ricos. Las mujeres y las personas que viven solas son las que corren mayores riesgos de pagar por la asistencia de su propio bolsillo.

¿Los sistemas sociales suministran una adecuada protección financiera a los ancianos?


Xenia Scheil-Adlung: Los sistemas de protección social de Europa con frecuencia presentan grandes carencias, sobre todo en lo que se refiere a la cobertura del cuidado de larga duración y los subsidios, y muchos países no ofrecen una protección apropiada para las personas de edad avanzada. Los gastos directos de los pacientes por la atención médica afecta hasta el 95 por ciento de las personas ancianas. Cerca de un 5 por ciento debe enfrentar estos gastos debido al cuidado de larga duración.

Las consecuencias económicas de este gasto sobre las familias de los ancianos en Europa pueden ser graves. Constituyen una amenaza para la sostenibilidad financiera de las familias y pueden convertirse en una causa de empobrecimiento. En muchos casos, observamos importantes reducciones de los ingresos y, en otros, hasta la ruina financiera de las familias cuando los costos del cuidado superan el ingreso total del anciano. Las mujeres y las personas que viven solas están expuestas a un riesgo aún mayor en relación a los pagos directos.

No se trata sólo de dinero, ¿Qué puede decirnos de la oferta de servicios para los ancianos?


Xenia Scheil-Adlung: La oferta de servicios constituye un problema importante en la mayoría de los países debido a la carencia de trabajadores capacitados que proporcionan atención a los ancianos. La escasez generalizada de personal dedicado a la salud y al cuidado de larga duración podría ser abordada a través de una mejora de las condiciones de trabajo en el sector.

¿Cuáles son las perspectivas para el futuro?

Xenia Scheil-Adlung: En vista de la evolución demográfica, es probable que los problemas observados aumenten en el futuro. Para satisfacer las necesidades actuales y futuras de los ancianos, y en particular, de los grupos vulnerables entre la población de edad avanzada, la cobertura que garantice el acceso a beneficios adecuados debería ser universal. Además, se recomiendan sistemas de protección social para la asistencia sanitaria y de larga duración más eficaces y eficientes.

¿Qué puede hacerse para mejorar la situación de las personas mayores?

Xenia Scheil-Adlung: Primero, deberían destinarse más recursos a los ancianos, en particular, para desarrollar sistemas de cuidado de larga duración a fin de incrementar el alcance de los beneficios, garantizar la asequibilidad, la oferta y el suministro de los servicios y mejorar la calidad de éstos con el objetivo de responder de manera más adecuada a las necesidades de las personas de edad avanzada.

Además, debería favorecerse el cuidado informal al incluir a las personas que se dedican al cuidado de las familias en los sistemas de protección social y conferirles indemnizaciones, como prestaciones en efectivo y subsidios.

¿Cómo puede mejorarse el acceso para los ancianos pobres y los vulnerables?


Xenia Scheil-Adlung: Para hacer frente a las desigualdades en el acceso a los servicios de asistencia médica y de larga duración también es necesaria una estrategia política integral en relación al sistema de protección social general. La creación de sinergias y una mayor correspondencia entre las interfaces de varios regímenes, por ejemplo, la pensión de vejez y la asistencia social con regímenes de asistencia médica y cuidados de larga duración, podrían contribuir a eliminar las desigualdades observadas. A fin de cuentas, recibir asistencia médica y cuidados de larga duración cuando se necesitan son considerados derechos humanos, los cuales están destacados en el Convenio de la OIT sobre la seguridad social No. 102.


Atención médica y cuidados de larga duración en Europa

  • Todos los países han alcanzado una atención médica casi universal. Este no es el caso para los cuidados de larga duración (CLD).
  • El gasto público en atención médica para los ancianos varía entre el 5,5 por ciento al 8,5 por ciento del PIB.
  • El gasto público en CLD varía desde menos del 0,5 por ciento hasta el 3,5 por ciento.
  • En los países de la UE, se estima que el gasto público en salud aumentará del 6,4 por ciento del PIB en 2007 al 8,6 por ciento en 2060.
  • El gasto destinado al CLD podría incrementar en más del doble entre 2007 y 2050.
  • El 95 por ciento de los ancianos realizan pagos directos por la atención médica y cerca de un 5 por ciento por el CLD.
  • El gasto en CLD es más alto para los pobres que para los ricos.
  • Las mujeres y las personas que viven solas están expuestas a hacer pagos directos.
  • Los gobiernos están abordando la escasez de personal de la salud pero no la de los trabajadores de CLD.
  • Las personas que se dedican al cuidado informal constituyen la mayor parte de la fuerza de trabajo que proporciona CLD, muchas son miembros de la familia (16,2 por ciento en Italia).
  • La proporción de trabajadores de origen extranjero que se dedica a la prestación de cuidados a domicilio supera la de los trabajadores locales en la mayoría de los países.