GINEBRA (OIT Noticias) – El Director General de la Organización Internacional (OIT), Juan Somavia, llamó a comprometerse con una nueva era de justicia social, y advirtió que “la impresión general es que demasiada gente, demasiadas economías y demasiadas sociedades han perdido mucho porque han sido estafadas”.

En un comunicado en con motivo del Día Mundial de la Justicia Social, Somavia dijo que si bien las causas profundas de las protestas que se ven en varias partes del mundo varían de un caso a otro, la demanda general es una y la misma: la búsqueda de dignidad y justicia.

Según Somavia, el mundo del trabajo ha sido un reflejo de las crecientes ineficiencias de la globalización, cuyos principales motores (la desregulación del sector financiero y la liberalización mundial del comercio) están en crisis.

Somavia dijo que el problema va más allá de que uno de cada tres trabajadores en el mundo está desempleado o vive en la pobreza, o de que hay 75 millones de jóvenes sin trabajo y muy pocas posibilidades de encontrar uno.

“Tomemos, por ejemplo, la situación de las numerosas personas que trabajan en condiciones inseguras y a menudo inhumanas o el hecho de que más de la mitad de la población mundial carece de cualquier tipo de protección de seguridad social. Y también la falta generalizada de libertades fundamentales del trabajo que conducen al trabajo infantil, al trabajo forzoso, a la discriminación y a la falta de medios efectivos para hacerse oír y representar”, agregó.

Somavia dijo que el actual momento histórico requiere “una nueva manera de pensar y soluciones creativas para generar un progreso económico acompañado de justicia social”, y agregó que el mundo del trabajo debe participar en la formulación de las respuestas.

Somavia hizo hincapié en la necesidad de implementar políticas enfocadas en el empleo para hacer frente al desafío de crear 600 millones de puestos de trabajo en los próximos diez años. En este sentido, llamó a reducir las desigualdades existentes y a revaluar la dignidad del trabajo. También dijo que las crecientes desigualdades han tenido consecuencias desestabilizadoras para la dignidad humana, la estabilidad de las familias, la paz de nuestras comunidades y para la economía en general.

Somavia agregó que la aparición y las repercusiones de los movimientos populares mundiales resaltan el papel cada vez más importante que desempeñan el diálogo, la colaboración y la búsqueda de consenso – pilares fundacionales de la OIT – en el mundo actual.

Por último, pero no por eso menos importante, Somavia dijo que hay que “garantizar que el sector financiero esté al servicio de la economía real y no aceptar más la idea de que algunos bancos son demasiado grandes para quebrar y que algunas personas son demasiado insignificantes como para importar”.

“El mundo tiene varias opciones. Podemos seguir aplicando las políticas que provocaron la crisis y esperar por lo menos 88 años para erradicar la pobreza extrema al ritmo en el que lo estamos haciendo en la actualidad. O bien podemos empezar a idear y llevar a la práctica una visión de la sociedad y del crecimiento basada en la dignidad de los seres humanos que sea capaz de lograr eficiencia económica, sostenibilidad y trabajo decente para todos en una nueva era de justicia social”, concluyó Somavia.

La OIT ha puesto en marcha una campaña de vídeo para que los jóvenes del mundo expresen sus opiniones acerca de la justicia social. Con motivo del Día Mundial de la Justicia Social, la OIT también ha lanzado el Juego del Centenario de la OIT, que hace un repaso sobre la historia y los hechos más importantes de la organización.

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