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La OIT comenta el Informe sobre Ayuda Multilateral del Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID)

Noticia | 2 de marzo de 2011

El Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID) emitió el 1° de marzo un Informe sobre Ayuda Multilateral, que pone fin a su acuerdo de colaboración con la OIT.

La OIT aprecia el compromiso del Gobierno del Reino Unido de maximizar el impacto del trabajo de cooperación para el desarrollo que realizan las organizaciones multilaterales, en especial durante el actual clima económico, y comprende su objetivo de garantizar la mayor transparencia posible en el empleo de la ayuda al desarrollo. Estos son objetivos que compartimos; en particular, la necesidad de optimizar el manejo de recursos.

La OIT examinará detalladamente las conclusiones del informe sobre ayuda multilateral del DFID y presentará un análisis exhaustivo en los próximos días.

Por el momento cabe resaltar cuatro cuestiones.

Primero: La OIT está sorprendida por las conclusiones del informe. Estas difieren de manera significativa de la evaluación externa que la DFID emitió hace menos de 12 meses y que abarca la colaboración con la OIT bajo el Acuerdo Marco de Asociación para el periodo 2006-2009. Dicha evaluación concluyó que la colaboración con la OIT debía continuar. Refiriéndose a la importancia de dicha colaboración, el estudio señala que “el papel y el mandato fundamental de la OIT de promover el Trabajo Decente son cada vez más importantes. El Acuerdo Marco de Asociación 2006-2009 estableció una agenda ambiciosa. Si bien las reformas internas han avanzado a un ritmo menor, en general se han producido avances importantes en los últimos tres años. La OIT ha cumplido la mayoría de los compromisos del Acuerdo Marco de Asociación y las demandas para que contribuya al desarrollo mundial son cada vez mayores”.

La evaluación externa agrega “que en base a los resultados del Acuerdo Marco de Asociación de 2006-2009, y a los intereses compartidos en torno al desarrollo internacional, el DFID debería considerar continuar con su apoyo financiero a la OIT una vez que finalice el Acuerdo”; es decir, a partir de 2010.

Segundo: La OIT está orgullosa de lo que ha ayudado a conseguir a sus mandantes por medio de su asesoría, formación y consejos. Las prioridades de gobiernos, empleadores y trabajadores están reflejadas en los Programas de Trabajo Decente por País, para así asegurar la relevancia de nuestro trabajo. Los recursos puestos a disposición de la OIT – cerca de 5 millones de libras esterlinas, en el caso de DFID – se utilizan para intervenciones estratégicas de bajo costo en varios países, no para programas de desarrollo de gran escala. Creemos que estos programas no deben ser juzgados por su tamaño o volumen, sino en términos de la buena utilización de recursos en áreas clave de elaboración de políticas sobre temas relacionados con el mercado laboral, el establecimiento de normas, el desarrollo de empresas y el fortalecimiento de instituciones, todos temas de prioridad para nuestros mandantes.

Tercero: El informe se basa en el análisis de 10 países: En el caso de la OIT, que cuenta con cerca de 800 proyectos activos en 100 países alrededor del mundo, el informe examinó 33 proyectos (de los cuales apenas tres son financiados por DFID) en cuatro países. No queda claro cuántos de estos proyectos fueron en verdad examinados. Por lo tanto, el alcance del informe resulta claramente limitado. Sus conclusiones no son necesariamente válidas ni pueden servir para generalizar sobre el rendimiento global de la OIT, tal como se ha hecho en la presentación a la prensa.

Por último, la OIT siente una profunda valoración por el Reino Unido, tanto como miembro fundador de la organización como aliado histórico. Interrumpir esta Asociación significaría poner fin a una larga historia de cooperación entre el Reino Unido y la OIT en temas de desarrollo. A lo largo de las últimas décadas, esta asociación se ha visto reflejada en algunos de los programas más exitosos de la organización, entre ellos el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), que ha rescatado a un millón y medio de niños y les ha brindado acceso a la educación, y el Programa de Inversiones Intensivas en Empleo (EIIP), que ha ubicado a millones de personas en trabajos sumamente necesarios de infraestructura. Y no debemos olvidar la campaña constante de la OIT contra el trabajo forzoso y la violación de derechos humanos en Myanmar, ni tampoco el histórico papel que la organización desempeñó para ayudar a producir un cambio político de envergadura en Sudáfrica y Polonia. Hoy en día, esta decisión del Reino Unido de poner fin a la asociación con la OIT puede debilitar nuestra capacidad de responder a las demandas de muchos países árabes, que exigen trabajo decente y respeto a los derechos de sus trabajadores. Esas demandas están en el corazón del movimiento popular que impulsa este cambio histórico.

Teniendo en cuenta los puntos mencionados más arriba, la OIT invita al DFID, a otros departamentos pertinentes del Gobierno del Reino Unido, y a las organizaciones de trabajadores y empleadores – el Congreso de Sindicatos Británicos, la Confederación de la Industria Británica – a sentarse a dialogar con la OIT y analizar qué lecciones podemos extraer del informe, cómo la OIT y el Gobierno del Reino Unido pueden seguir trabajando juntos para mejorar el desempeño de la OIT – tal cual lo han hecho en el pasado – y cómo seguir afianzando nuestra alianza para promover el trabajo decente.