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El Director General de la OIT subraya la necesidad del "trabajo decente",insiste en el papel del empleo como el instrumento para luchar contra la exclusión social y la pobreza

TURÍN, Italia (Noticias de la OIT) - "El empleo es el factor clave para resolver los problemas de la pobreza y de la exclusión social", declaró Juan Somavia, el Director General de la OIT, durante la conferencia de ministros de Trabajo del Grupo de los 8 (G8) reunida hoy en Turín, y añadió que "el empleo crea integración social en todas sus formas, puesto que no sólo proporciona ingresos, sino también seguridad, realización personal y autoestima para los trabajadores que están organizados y representados".

Comunicado de prensa | 10 de noviembre de 2000

TURÍN, Italia (Noticias de la OIT) - "El empleo es el factor clave para resolver los problemas de la pobreza y de la exclusión social", declaró Juan Somavia, el Director General de la OIT, durante la conferencia de ministros de Trabajo del Grupo de los 8 (G8) reunida hoy en Turín, y añadió que "el empleo crea integración social en todas sus formas, puesto que no sólo proporciona ingresos, sino también seguridad, realización personal y autoestima para los trabajadores que están organizados y representados".

Pero Somavia advirtió también que el empleo sólo puede desempeñar este papel de catarsis social cuando se dan las condiciones justas, caracterizadas por él como un "trabajo decente".

El Director General de la OIT define el "trabajo decente" como "un trabajo que satisface las aspiraciones fundamentales del individuo, no sólo en cuanto a ingresos, sino también en cuanto a seguridad para él y para su familia, sin discriminación ni imposiciones vejatorias, y que da un trato igual a la mujer y al hombre." Somavia insiste en que garantizar un trabajo decente debería ser un objetivo tanto para los países en desarrollo como para las economías industrializadas y que debería extenderse a la totalidad de los trabajadores.

A pesar de la floreciente economía y del rápido aumento de productividad de los países del G8, éstos corren el riesgo, según Somavia, de encontrarse con un "déficit de trabajo decente" si no consiguen traducir los beneficios de unas economías y empresas fuertes en trabajos seguros, productivos y bien remunerados para amplios sectores de la mano de obra. Pero el trabajo decente no debería ser considerado un costo, sino más bien una inversión

"Estoy convencido de que una mayor difusión del trabajo decente puede producir dividendos con repercusiones positivas en términos de mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores, aumento de la productividad de las empresas y mayor sostenibilidad social de las políticas económicas", declaró el Director General. "Estos dividendos serán todavía mayores con los pasos que se den en favor de la igualdad entre los géneros."

"Debemos encontrar una manera mejor de abordar conjuntamente las cuestiones sociales y las económicas con objeto de potenciar esas repercusiones positivas", insistió Somavia, a la vez que aseguró a los ministros del G8 que "en la OIT estamos trabajando en el desarrollo de marcos de acción más integrados, precisamente para esto". Dijo asimismo que la OIT está estudiando "estrategias para el logro del trabajo decente, que conjuguen los derechos de los trabajadores, el empleo, la seguridad y el diálogo social, de manera que se refuercen unos a otros y sustenten el desarrollo económico y la integración social."

Lo que nos hace falta, a nivel nacional e internacional, insistió Somavia, es "una estrategia de empleo integradora". Esa estrategia tiene que afrontar la realidad de que la economía no estructurada y la economía del saber están creciendo por igual, pero en direcciones diversas. Será importante adaptarse a nuevas formas de organización de las empresas, a nuevas oportunidades para las pequeñas empresas. Cada vez más las empresas descubrirán que tienen que mantener ciertas normas laborales cuando operan más allá de las fronteras en la economía del saber.

El Director General de la OIT subrayó, además, que las instituciones de seguridad social deben preservar los valores fundamentales de solidaridad y seguridad a la hora de "elaborar sistemas que puedan abarcar a todos". Y previno del peligro de crear "un sistema de doble nivel, que contemple unas normas para la protección de los grupos con ingresos bajos, y otras para los grupos de rentas medias y altas".

Trabajadores jóvenes y trabajadores de edad avanzada

Somavia mencionó a los trabajadores jóvenes y a los trabajadores de edad avanzada como dos grupos para los que es particularmente importante la integración social:

"Para los trabajadores de edad avanzada, la integración social significa, ante todo, unos ingresos decorosos, ya provengan del trabajo o de una pensión; y, en segundo término, la posibilidad de participar en la vida de la comunidad mediante el empleo, el trabajo voluntario u otra actividad acorde con sus capacidades y preferencias."

El principal obstáculo al que a menudo se enfrentan los trabajadores más jóvenes es simplemente la dificultad de acceder al mercado de trabajo. Según Somavia, "la mitad de los desocupados del mundo tienen edades comprendidas entre los 15 y los 24 años, y las mujeres se encuentran en una situación especialmente desventajosa". Destacó, por ello, que los sistemas educativos son "un factor obviamente crucial para garantizar que todos tengan las destrezas básicas que demandan las sociedades y las economías".

En particular hizo hincapié en la tecnología de la información y de las comunicaciones, que se están convirtiendo en algo "casi tan importante como el saber leer". Y suscribió la opinión de Cesare Salvi, el ministro de Trabajo italiano, a propósito de que "la estrategia del empleo debe construirse hoy en torno a la economía del saber." Asimismo subrayó las posibilidades que ofrece esa economía del saber a la iniciativa empresarial de los jóvenes.

Mencionó también que, además de los sistemas nacionales que proporcionan destrezas y aprendizaje a los jóvenes, existen programas internacionales, como la iniciativa conjunta de la OIT, las Naciones Unidas y el Banco Mundial denominada Youth Employment Policy Network (Red de Política Ocupacional para los Jóvenes), que "brindan oportunidades para que muchachos y muchachas de todo el mundo tengan la posibilidad real de encontrar un trabajo decente y productivo".

Derechos fundamentales en el trabajo

Somavia desacreditó la tendencia demasiado extendida a "considerar los derechos de los trabajadores como un obstáculo para el desarrollo", e insistió en que los derechos de los trabajadores son "esenciales para conseguir que la economía global benefice a todos".

Dijo que las bases de esos derechos de los trabajadores están sancionadas en la Declaración de la OIT relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo . Esta Declaración, adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en 1998, se basa en una serie de normas "fundamentales" del trabajo fijadas por la OIT en materia de libertad de sindicación y de negociación colectiva, así como de prohibición del trabajo forzoso, del trabajo infantil y de la discriminación. Somavia caracterizó estos principios como "derechos de validez universal" e invitó a los países del G8 a introducir estos derechos y principios en sus políticas internas y de cooperación internacional.

El Director General de la OIT afirmó que la Organización y los trabajadores, los empleadores y los gobiernos que son sus miembros constituyentes tienen a su disposición una amplia gama de instrumentos para lograr que los citados principios y derechos se hagan realidad. "Los Convenios de la OIT", puntualizó, "pasan a formar parte de la legislación nacional una vez ratificados, y son puestos en práctica en los tribunales nacionales." La OIT tiene, además, su propio sistema de supervisión independiente. Proporciona asistencia técnica en materia de legislación laboral, sistemas de mediación, sistemas de inspección y una amplia gama de apoyos institucionales para promover ese objetivo de hacer realidad los derechos básicos.

Somavia recalcó "el rápido desarrollo del programa de cooperación técnica [de la OIT] basado en la Declaración, que brinda ayuda a los países que encuentran problemas en la aplicación de esos derechos, para que hagan frente a sus compromisos".

Reconociendo que no existen "soluciones uniformes" para los diversos retos que se les presentan a los responsables de elaborar políticas sobre el mercado de trabajo, el Director General de la OIT ponderó la importancia de "desarrollar diálogos y negociaciones sobre caminos para llegar al trabajo decente que sean a un tiempo económicamente productivos y socialmente sostenibles, y que sean obra de los trabajadores y los empleadores a quienes conciernen".