Dhaka, Bangladesh (OIT Noticias) - “El incendio de Tazreen fue muy difícil”, recuerda el oficial a cargo de la estación de bomberos Mohammad Shams Arman refiriéndose a un incendio que estalló en Dhaka en 2012 causando la muerte de112 personas y muchos más heridos. Fue una advertencia brutal del peligro de incendio presente en las fábricas de la confección.

“La información nos llegó tarde, había una gran escasez de agua y el único acceso a la fábrica era una calle estrecha de sentido único”, contó Shams Arman.

Menos de seis meses más tarde, el Rhana Plaza, un edifico sede de cinco fábricas de la confección, se desplomó causando la muerte de 1.136 personas. Esta tragedia puso de manifiesto los nuevos desafíos que tenía que enfrentar el servicio contra incendios: aquellos relacionados a los problemas estructurales.

“El colapso del Rana Plaza presentó dificultades, pero por motivos diversos, principalmente por la insuficiencia del equipo de rescate y una mala gestión de la multitud. No obstante, salvamos directamente la vida de más de 250 personas y contribuimos a socorrer a muchas más. Actualmente estamos trabajando para ayudar a los propietarios de fábricas a fin que garanticen que accidentes como este no ocurran nunca más”, agregó Shams Arman.

Este nuevo trabajo requiere que el Servicio contra incendio de Bangladesh visite las fábricas casi diariamente, inspeccione los edificios e imparta formación.

Para ayudarlo a realizar este trabajo especializado, Shams Arman participó a una formación organizada por la OIT, centrada en la seguridad de los edificios y contra incendios de las fábricas de la confección. Cuarenta inspectores fueron formados y 16 recibieron competencias adicionales para ayudar a formar a los colegas. La formación fue suministrada a través del proyecto dirigido a Mejorar la protección contra incendios y la seguridad de los edificios de la OIT (Improving Fire and Building Safety project), financiado por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos.

“La formación impartida por la OIT fue de gran calidad. Nos aportó las competencias técnicas que necesitamos para detectar los problemas en los contextos industriales, que se caracterizan por tener múltiples peligros, diferentes a los que generalmente encontramos en las viviendas. Los temas que nos parecieron más útiles son los derechos en el trabajo, el diseño de edificios  industriales, los sistemas de división y aislamiento y los materiales peligrosos presentes en las fábricas de la confección”, explicó Shams Arman.

“Antes de la formación, no conocíamos las diferentes estructuras de los edificios industriales y los puntos fuertes y débiles de cada proyecto. No sabíamos calcular la densidad de ocupación, que es un factor crítico considerando el gran número de personas empleadas en las fábrica. Aprendimos mucho, esto es útil porque las fábricas están cambiando: se instalan equipos nuevos, como puertas antiincendios y sistemas de detección precoz. La mayoría de los propietarios son optimistas, quieren que sus fábricas sean seguras y nosotros podemos hacerles comprender porqué la seguridad es buena también para los negocios”.

Desde que recibimos la formación, hemos difundido nuestras competencias en las estaciones de bomberos de todas las siete divisiones de Bangladesh”, agregó Shams Arman. “En los dos últimos años, he inspeccionado más de 600 fábricas de la confección”.

“Elaboramos nuestro propio módulo de formación y los 16 de nosotros formamos a más de 100 inspectores adicionales, llevando el número total de inspectores de prevención de incendios a 140. Esto significa que más de la mitad de nuestra fuerza de inspección está profesionalmente formada en el control de edificios industriales. Todas las semanas, participamos a una evaluación para asegurarnos que no hemos olvidado lo que aprendimos”.

“Las iniciativas del Gobierno de Bangladesh, el sector y las organizaciones de desarrollo están produciendo un verdadero cambio”, afirmó Maurice Brooks, coordinador del proyecto sobre protección contra incendios y seguridad de los edificios de la OIT. “La mayor atención hacia la sensibilización y la prevención, asociada a una mejor capacidad del servicio de bomberos, ya ha reducido el número de incendios, de pérdidas humanas y materiales. Esto no sólo es positivo para la industria textil sino también para otros sectores, así como para la sociedad en general”.

La formación incluyó además los riesgos inherentes a las fábricas en materia de seguridad y cómo trabajar con la dirección de las fábricas para minimizarlos.

“Si pudiese dar un consejo a todos los propietarios de las fábricas, sería el siguiente: es posible reducir de más de 90 por ciento el peligro de incendio tomando tan sólo cinco medidas: no bloquear nunca las salidas, adoptar un enfoque dedicado a los simulacros de incendio, disponer de sistemas de almacenamiento apropiados, utilizar equipo eléctrico de buena calidad y realizar un mantenimiento regular”, declaró Shams Arman.