Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Iniciativa empresarial y educación: la emancipación de las mujeres puede contribuir con el aprendizaje de sus hijos

La iniciativa empresarial de las mujeres reduce la pobreza, promueve la igualdad de género y potencia sus capacidades. Y además genera los medios para mejorar la salud de sus familias y financiar la educación de sus hijos. Los proyectos de la OIT en África, apoyados por la Cooperación Irlandesa para el Desarrollo (IrishAid), demuestran cómo la adquisición de conocimientos empresariales y calificaciones profesionales no sólo genera empleo, extiende además la emancipación, promueve trabajo decente y contribuye al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). OIT EnLínea informa.

Artículo | 16 de junio de 2008

GINEBRA (OIT EnLínea) – Si la educación es el mejor camino para alcanzar un futuro mejor, ¿es posible mejorar esa educación mediante el empoderamiento de las mujeres y la iniciativa empresarial?

Es lo que puede deducirse de una serie de entrevistas realizadas el año pasado a mujeres de diversos países de África que recibieron formación a través de los programas WEDGE (Desarrollo de la Iniciativa Empresarial de la Mujer e Igualdad de Género) y DEWD (Desarrollo de la Iniciativa Empresarial entre las Mujeres con Discapacidades), publicadas en un nuevo informe titulado “Voces de Mujeres Emprendedoras en Etiopía, Tanzania, Uganda y Zambia”.

En casi todos los casos las mujeres que adquirieron conocimientos empresariales y profesionales, sobre acceso a nuevos mercados y financiamientos, a servicios de apoyo y sobre cómo alcanzar redes y grupos, canalizaron sus nuevas capacidades e ingresos para garantizar que sus familias tuviesen los recursos necesarios para enviar a los niños a la escuela en vez que a trabajar.

Como el caso de Almaz, excombatiente con discapacidad de Tigray, que nunca asistió a la escuela y sólo recibió un poco de formación mientras se encontraba en servicio. Después de ser desmovilizada a causa de una lesión, se inscribió a un programa de formación realizado con el apoyo de la OIT sobre Conocimientos Básicos Empresariales para mujeres, para estudiar análisis de mercado, rentabilidad, producto y posicionamiento.

La formación empresarial le hizo comprender que el mercado para sus recientes conocimientos sobre comercio minorista de alimentos estaba saturado. Algunas semanas después, con la mudanza a una nueva casa en la ciudad de Mekele y los conocimientos empresariales aún frescos en su mente, Almaz abrió una carnicería. En la actualidad, ella genera un promedio de ingresos al mes de 15.000 Birr etíopes (cerca de 640 dólares) y utiliza sus ganancias para enviar a sus tres niños a la escuela. Además, contribuye al sustento familiar.

En Uganda, Benedicta y su grupo, llamado Iniciativas para el desarrollo de las mujeres de Kinawataka, relata una historia similar sobre los beneficios de la educación de adultos, y de cómo se traduce en educación para los niños, con una sutil diferencia: muchas de sus colegas tienen discapacidad. Su trabajo consiste en transformar pajillas y otros productos desechables y convertirlos en objetos para la venta.

“Somos un grupo de mujeres pertenecientes a diversas categorías: VIH positivo, madres solteras, viudas, huérfanas y mujeres con discapacidad”, dijo Benedicta. “Comenzamos poco a poco en 1998, pero el proyecto de trabajar con las pajillas comenzó en 2006”.

Benedicta enseña a otras mujeres el oficio y las estimula a crear nuevas oportunidades empresariales. Esto incluye formación sobre disposición de los objetos, publicidad y preparación de exposiciones y ferias de comercio organizadas por la entidad que trabaja con la la OIT, la Asociación de Empresarias de Uganda. En noviembre, la venta de productos generó una cifra récord de 277.400 chelines ugandeses (167 dólares) – más del triple del ingreso más bajo antes de la formación – y un reconocimiento por los productos tejidos a mano, hechos de pajillas de plástico recicladas, y otros objetos de desechos no degradables.

Como Almaz, Benedicta utiliza la mayor parte de sus ingresos para el sustento de su familia y de ocho huérfanos cuyos padres murieron a causa de la guerra, VIH/SIDA, o pobreza.

“Ahora puedo alimentarlos, antes no”, dijo Benedicta. “Mis niños, antes no iban a la escuela, ahora sí. Este proyecto de verdad me ayudó mucho. Fue beneficioso para mí”.

Las experiencias de Almaz y Benedicta reflejan las de otras cientos de mujeres empresarias que ahora son propietarias y trabajan en su propia empresa en Etiopía, Uganda, Tanzania y Zambia. Todas se beneficiaron de la formación realizada con el apoyo de la OIT, que forma parte del Programa de Cooperación OIT/Irish Aid sobre “Desarrollo de la Iniciativa Empresarial de la Mujer e Igualdad de Género” (WEDGE) y “Desarrollo de la Iniciativa Empresarial entre las Mujeres con Discapacidades” (DEWD).

El programa aumenta las oportunidades económicas para las mujeres empresarias, incluso de mujeres con discapacidades y aquellas que viven con VIH/SIDA, al reforzar la capacidad de gobiernos, comunidades y organizaciones que representan a trabajadores y empleadores para sostener todas las etapas de su desarrollo económico.

Esto requiere la utilización de una serie de instrumentos y recursos creados por la OIT para dar asistencia a los proveedores de los servicios de desarrollo de empresas, y para ayudar a nuevas o existentes empresarias a desarrollar técnicas eficaces y prácticas para administrar sus empresas. El programa de la OIT “Mejore sus calificaciones en materia de exhibición” (IYES) es una de las innovadoras herramientas desarrolladas específicamente para mejorar el acceso a los mercados de las mujeres empresarias a través de la organización de ferias de comercio y exhibiciones.

El sector de estas empresas varía desde la construcción al procesamiento de alimentos, educación y artesanía. Uno de los temas predominantes que emergió de las historias personales que fueron recogidas por el programa de cooperación en el informe “Voces de Mujeres Emprendedoras en Etiopía, Tanzania, Uganda y Zambia”, recientemente publicado por la OIT, es que las mujeres con poder económico y control directo de sus ingresos o de otros recursos importantes, como animales o tierra, muy probablemente contribuirán con la educación y salud de sus hijos y, de manera indirecta, con el crecimiento de los ingresos de sus países. Sus experiencias personales revelan que como empresarias tienen mayor autonomía personal y financiera, y mayor capacidad de decisión en el hogar, mayor influencia como representantes de la comunidad y pueden servir de modelo para otras mujeres que aspiran a ser empresarias, a pesar de los obstáculos para establecer y desarrollar una empresa a causa de género, discapacidad, y estatus VIH/SIDA.

“Las historias personales que recogimos ponen en evidencia el papel vital y eficaz que desempeñan las mujeres africanas en los sectores de micro y pequeña empresa, y la forma en que utilizan los ingresos que sus empresas generan para contribuir de manera directa al bienestar económico de sus familias, e indirectamente a la economía de sus países”, dijo Joni Simpson, Especialista y Coordinador de la Iniciativa Empresarial para Mujeres y Jóvenes de la OIT. “Sus historias demuestran que el Programa de Cooperación OIT/Irish Aid es un modelo para reducir la vulnerabilidad de las empresas de las mujeres, debido a que se concentra en la promoción de la igualdad de oportunidades para la formación y el desarrollo, afiliación en asociaciones y grupos para representar a las mujeres empresarias, y aumentar el acceso a servicios financieros y nuevos mercados”.

Para Mwantatu, una mujer de Zanzibar que convirtió una actividad informal a tiempo parcial que realizaba en su hogar en una empresa de verdad que ofrece servicios como decorar las manos y pies de las mujeres con henna, es evidente el valor de la formación y de la capacitación económica.

“Estoy muy orgullosa del éxito de mi empresa. He sido capaz de mejorar mi situación familiar al construir una casa y enviar a mis cinco niños a la escuela”, dijo.