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Día Mundial contra el SIDA 2004 VIH/SIDA en el mundo del trabajo: la situación de las mujeres

GINEBRA - La proporción de mujeres en edad de trabajar que deben vivir con VIH/SIDA está aumentando en todo el mundo, de acuerdo con el Programa de la OIT sobre VIH/SIDA y el Mundo del Trabajo. Un nuevo documento "Mujeres, niñas, VIH/SIDA y el mundo del trabajo", publicado con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA 2004, advierte que la proporción de mujeres entre los adultos que viven con VIH/SIDA subió de 43 por ciento en 1998 a 48 por ciento en 2003. En el África al Sur del Sahara las mujeres representan 57 por ciento de los adultos portadores, mientras que las tres cuartas partes de los jóvenes afectados son mujeres y niñas. OIT EnLínea habló sobre este tema con Odile Frank del programa OIT/SIDA.

Artículo | 30 de noviembre de 2004

GINEBRA - La proporción de mujeres en edad de trabajar que deben vivir con VIH/SIDA está aumentando en todo el mundo, de acuerdo con el Programa de la OIT sobre VIH/SIDA y el Mundo del Trabajo. Un nuevo documento "Mujeres, niñas, VIH/SIDA y el mundo del trabajo", publicado con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA 2004, advierte que la proporción de mujeres entre los adultos que viven con VIH/SIDA subió de 43 por ciento en 1998 a 48 por ciento en 2003. En el África al Sur del Sahara las mujeres representan 57 por ciento de los adultos portadores, mientras que las tres cuartas partes de los jóvenes afectados son mujeres y niñas. OIT EnLínea habló sobre este tema con Odile Frank del programa OIT/SIDA.

P: ¿Cuáles son los efectos del VIH/SIDA en el mundo del trabajo?

R: Estimamos que unas 37 millones de personas en edad de trabajar son portadoras de VIH, y que para el próximo año la fuerza de trabajo del mundo habrá perdido unos 28 millones de trabajadores desde el comienzo de la epidemia de VIH/SIDA ( Nota 1). Si no mejoran las posibilidades de acceder a un tratamiento la pérdida será de 74 millones de trabajadores para el 2015, y estaremos en presencia de una de las mayores causas de mortalidad en el mundo del trabajo. Ya ha sido reconocido ampliamente el impacto del VIH/SIDA sobre las economías nacionales, y los nuevos datos indican que las mujeres están pagando gran parte de ese costo.

P: ¿Cómo explicar el aumento en la proporción de mujeres que viven con VIH/SIDA?

R: En la actualidad la mayor parte de las personas que están infectadas con VIH o que mueren de SIDA en el mundo en desarrollo son mujeres. El riesgo de contagio es mayor para las niñas y las mujeres. En el mundo 60 por ciento de los nuevos contagios de VIH afectan a mujeres. Los problemas de pobreza, bajos niveles de educación y acceso restringido a recursos en general, contribuyen a que mujeres y niñas entre 15 y 24 años enfrenten mayor riesgo de contagio. En África y el Caribe hay hasta dos veces más mujeres que hombres viviendo con VIH, y en algunos países de África occidental o austral posiblemente la diferencia es de seis veces más mujeres que hombres. En algunas zonas más de la tercera parte de las adolescentes ya se han contagiado.

P: La feminización de la epidemia parece ser aún más evidente en África al Sur del Sahara... ¿Por qué?

R: La brecha de género frente al VIH/SIDA en África al Sur del Sahara comenzó temprano y se ha extendido con rapidez. Tienen una población joven y son precisamente los jóvenes quienes más se contagian. Y la verdad es que este continente no puede darse el lujo de perder a tantas mujeres. Las mujeres jóvenes son esenciales para el crecimiento de las economías africanas, así como para el sostén de las familias, la vida comunitaria y la educación de las futuras generaciones. Los jóvenes, hombres y mujeres, representan la mitad de los nuevos casos de contagio en el mundo, y más de las dos terceras partes de estos contagios ocurren en África.

P: ¿De qué manera resultan afectadas las perspectivas de desarrollo de estos países?

R: Debido a que los jóvenes se contagian con más frecuencia que el resto de la población, el potencial humano presente y futuro está comprometido y están en peligro las posibilidades de avanzar hacia un desarrollo sustentable. Los jóvenes hombres y mujeres representan la nueva generación de la fuerza de trabajo que debería producir y consumir bienes y servicios, y además engrosar las filas de los empresarios y los innovadores del mañana. Pero el elevado número de contagios de VIH entre ellos hace presumir que la fuerza de trabajo se verá drásticamente reducida, que muchos lucharán por trabajar pese a estar enfermos, y que sus hijos podrían quedarse sin el cuidado y la orientación de sus padres.

Muchas de estas personas jóvenes tienen que hacerse cargo de parientes enfermos o que están muriendo. En 2003 más de 12 millones de niños africanos perdieron a uno o a sus dos padres. Los jóvenes también pagan un precio alto, en especial las jóvenes y niñas, cuando la obligación de cuidar a alguien o de salir a buscar trabajo les obliga a abandonar la escuela. En la mayor parte de los casos las niñas son las primeras en experimentar la interrupción o el cese de su educación. Y en consecuencia están menos preparadas para ingresar al mundo del trabajo y quedan más expuestas a la pobreza.

P: ¿La desigualdad tiene alguna relación con el riesgo de contagio de VIH?

R: Mientras más grande sea la desigualdad de género en una sociedad y más desventajosa la posición de las mujeres, mayor será la posibilidad de que se vean afectadas negativamente por el VIH. La principal amenaza para las mujeres es que no es su propia conducta la que las expone al riesgo, sino la de los hombres. La dependencia, la pobreza y el miedo a empobrecerse aún más aumentan el peligro de ser contagiadas.

P: ¿La violencia física y sexual también impacta al mundo del trabajo?

R: Las mujeres pueden estar expuestas al riesgo de acoso sexual y abuso en el lugar de trabajo. Pueden verse enfrentadas a presiones para mantener relaciones sexuales cuando buscan ser contratadas o promovidas, o para evitar un despido. Una investigación realizada en un país africano en la industria manufacturera liviana, la del café y la del té, descubrió que las mujeres conviven con la violencia y el acoso como si fuera un elemento más de sus vidas laborales. Más de 90 por ciento de las mujeres entrevistadas había experimentado u observado abusos sexuales en el lugar de trabajo, y 70 por ciento de los hombres veían como normales conductas de acoso sexual.

En un clima de frecuente violencia en contra de las mujeres, el miedo puede llevarlas a no rechazar una relación sexual, o a no insistir en el uso de condones o de otras formas de sexo seguro.

P: ¿Qué pueden hacer las sociedades para evitar la pérdida de mujeres productivas a causa del VIH/SIDA?

R: Tenemos el desafío de actuar en dos líneas de acción paralelas. Es urgente abordar el problema del SIDA, y eso significa que las mujeres deben tener acceso a tratamiento. Al mismo tiempo es esencial ir a la raíz del contagio de VIH y mejorar la prevención. Ya se ha planteado cual es la forma de enfrentar la tendencia actual, pero se requiere también voluntad política, determinación y suficientes recursos. La eliminación de la pobreza, la transformación de actitudes en el lugar de trabajo, la permanencia de las niñas en la escuela, la capacitación laboral y la mejoría de la situación de las mujeres a través de la legislación son elementos tan importantes para reducir los contagios como aumentar la conciencia de las mujeres sobre los riesgos de transmisión, dándoles al mismo tiempo los medios de prevención.


Nota 1 - "El VIH/SIDA y el trabajo: estimaciones, repercusiones y respuestas mundiales", Programa de la OIT sobre el VIH/SIDA y el Mundo del Trabajo, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra 2004, ISBN 92-2-115824-1, disponible en inglés en la dirección: www.ilo.org/aids.