Desarrollo sostenible

10 puntos de acción hacia una economía más verde

Poco antes de la apertura de la Conferencia sobre el clima de París, la cual se espera que establezca nuevas metas ambiciosas para pasar a una economía con bajas emisiones de carbono, el coordinador del Programa Empleos Verdes de la OIT, Kees van der Ree, nos habló sobre los 10 pasos que pueden facilitar una transición hacia una economía verde.

Opinión | 26 de noviembre de 2015
Por Kees van der Ree, Coordinador del Programa Empleos Verdes de la OIT

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Kees van der Ree
La transición hacia una economía mundial ambientalmente sostenible será una experiencia “turbulenta”. Tendrá implicaciones profundas tanto para el planeta como para el futuro del trabajo.

Este fue el mensaje que escuchamos en una reunión internacional de expertos sobre empleos verdes que recientemente tuvo lugar en la OIT y fue presidida por la ministra de Trabajo de Barbados, Esther Byer-Suckoo. Es posible leer más sobre la reunión y escuchar la entrevista a Esther Byer-Suckoo aquí.

Cuando se discute sobre este tema, surgen muchas preguntas, por ejemplo: ¿Cómo podemos gestionar la transición para que sea beneficiosa para todos? ¿Qué debería hacerse para garantizar que las empresas, los trabajadores y las sociedades se beneficien de la transición hacia una economía verde? ¿De qué manera esta transición puede generar trabajo decente y justicia social para todos? Estos son diez puntos que hay tener en cuenta.

1. Enviar una señal política firme

Los gobiernos deben enviar un mensaje claro de que quieren acelerar la transición hacia una economía verde y, que al hacerlo, involucrarán a los trabajadores y a los empleadores. Esto contribuirá a crear un clima estable de inversiones que estimula la innovación ecológica y el desarrollo de empresas sostenibles. Por ejemplo, Sudáfrica firmó el Acuerdo sobre economía verde en 2011 involucrando a todos los ministerios pertinentes, las empresas y los trabajadores. Perú ha hecho del crecimiento ecológico e inclusivo una prioridad. Indonesia ha dado pasos importantes para promover los empleos y las competencias verdes. A nivel internacional, Brasil coopera con otros países del “Sur global” para promover el desarrollo sostenible.

2. Promover el diálogo social inclusivo

El diálogo social entre trabajadores, empleadores y gobiernos debería estar presente en todos los niveles, desde la formulación de políticas hasta su implementación y la medición de sus resultados. Los miembros de las organizaciones de trabajadores y de empleadores deberían participar activamente en el diálogo social a nivel nacional, sectorial y de empresa para evaluar las oportunidades y superar las dificultades planteadas por la transición.

3. Formular políticas de crecimiento económico respetuosas del medio ambiente

Todas las políticas económicas deberían incluir medidas dirigidas a apoyar el desarrollo sostenible. La reforma fiscal en materia ambiental podría ayudar a financiar la indemnización de aquellos afectados por la transición a través de inversiones en nuevos empleos verdes y una mayor innovación.

4. Asegurarse de que nadie quede rezagado

Es necesario prestarse atención especial a las industrias y comunidades que tienen mayores probabilidades de ser afectadas por los efectos del cambio climático o por la transición hacia una economía verde. Por ejemplo, en Bangladesh en 2007, el ciclón Sidr destruyó cientos de miles de pequeñas empresas y afectó 567.000 empleos. En Estados Unidos en 2012, el huracán Sandy causó el desplazamiento de 150.000 trabajadores y la pérdida de 11.000 empleos solamente en New Jersey. Con patrones meteorológicos impredecibles, tormentas más frecuentes y sequías prolongadas, las comunidades vulnerables están cada vez más expuestas a riesgos y deben ser protegidas.

5. Apoyar a las empresas, sobre todo a las PYME


La transición abarca todas las empresas. Es particularmente importante incrementar la resiliencia de las empresas sostenibles, sobre todo las pequeñas y medianas empresas (PYME) y las cooperativas. Esto puede hacerse a través de incentivos económicos destinados a las empresas que adopten prácticas ecológicas y ofreciendo asistencia técnica a los empleadores y los trabajadores.

6. Asegurarse de que los trabajadores posean las competencias adecuadas

Una nueva economía verde requerirá nuevas competencias. Algunos grupos de trabajadores tendrán que actualizar sus competencias o aprender otras completamente nuevas para conservar su trabajo. Los jóvenes deberían tener la posibilidad de adquirir competencias para ocupaciones verdes y prácticas de trabajo más ecológicas como parte de su formación. Los dueños y los trabajadores de las pequeñas empresas deberían tener acceso a servicios de formación específicos. La transición diferirá en escala y naturaleza entre los diversos sectores y regiones, pero es muy importante anticipar, junto a las empresas y las instituciones educativas, los cambios que esto implicará para una fuerza de trabajo calificada.

En Zambia, por ejemplo, un programa conjunto de las Naciones Unidas dirigido por la OIT, promueve el desarrollo de competencias y de empresas para la construcción de viviendas ecológicas destinadas a las familias de medios y bajos ingresos. El proyecto debería crear 5.000 empleos calificados e impulsar a las empresas locales dedicadas a la construcción respetuosa del medio ambiente.

7. Garantizar que los empleos verdes sean seguros


Al igual que todos los empleos, el trabajo en la economía verde debe ser limpio y seguro. La adopción de medidas adecuadas en materia de seguridad y salud puede contribuir a crear empresas más verdes y mejores trabajos. Los pesticidas en la agricultura, por ejemplo, y el riesgo tanto para los agricultores como para su tierra de su uso indebido. Para las nuevas ocupaciones en la economía verde podría ser necesario adoptar medidas adicionales. La evaluación de nuevos riesgos y el desarrollo de medidas preventivas son factores importantes que deben ser considerados. En algunos casos, será necesario actualizar la legislación y los inspectores laborales deben ser informados y formados.

8. Promover la protección social

La protección social es un buen medio para mejorar la resiliencia y proteger a las poblaciones del impacto los desastres naturales. Medidas de política social deberían ser integradas a las respuestas nacionales al cambio climático. Los programas de garantía de empleo y las obras públicas pueden ayudar de múltiples maneras: crean empleos necesarios, ayudan a rehabilitar los recursos naturales y crean nuevos bienes productivos y sostenibles.

Por ejemplo, diversos proyectos de la OIT dirigidos a restaurar los medios de subsistencia de las personas afectadas por el tifón Haiyan en Filipinas incluyen componentes ecológicos y de protección social. Reconstruir mejor y hacer más sostenibles la infraestructura y las economías locales prepara a las comunidades a hacer frente a futuros desastres.

9. Anticipar los cambios

Es necesario adoptar políticas para ayudar a las empresas y a los trabajadores a anticipar los cambios en la demanda del mercado laboral. Esto incluye fortalecer los servicios públicos de empleo y ofrecer subsidios específicos para permitir que los trabajadores adquieran el tipo de competencias que aumentarán sus posibilidades de mantener su empleo o encontrar uno nuevo.

10. Promover el trabajo decente

Los cuatro pilares del Programa de Trabajo Decente de la OIT: diálogo social, protección social, derechos en el trabajo y empleo, son también componentes básicos del desarrollo sostenible que deben estar al centro de las políticas dirigidas a alcanzar un crecimiento y un desarrollo sólidos, sostenibles e incluyentes.

Si es bien gestionada, la ecologización de las economías puede convertirse en un importante motor para la creación de puestos de trabajo, la mejora de la calidad del empleo, la justicia social y la erradicación de la pobreza. Los actores del mundo del trabajo no pueden ser espectadores pasivos; ellos deben ser agentes activos del cambio.

El cambio en las políticas a nivel mundial y nacional es fundamental. Pero a todos nosotros nos corresponde actuar, a nivel colectivo e individual.

El verdadero éxito de la Conferencia sobre el clima de París dependerá de la contribución de cada uno de nosotros, dondequiera que trabajemos y vivamos. La OIT cuenta también contigo.