Burkina Faso: una nueva vida para los niños víctimas de tráfico

En Burkina Faso, las estaciones de autobuses son puntos de tránsito para el tráfico de niños destinados a trabajar en la cosecha de algodón, principalmente en Costa de Marfil, pero también en otros países vecinos como Benín, Malí, Ghana y Nigeria. Gracias a acciones de concienciación sobre este problema dirigidas a los conductores de autobuses, los sindicatos del transporte lograron impedir la emigración forzada de cierto número de niños. Estos niños son colocados como aprendices para evitar que vuelvan a caer en manos de traficantes. Éste es el caso de Maturín, un muchacho de 15 años, que sigue actualmente una formación para ser mecánico de motocicletas.

Fecha de la publicación: 15 de marzo de 2007 | Tamaño o duración: 00:02:15 (3.50 MB)
Si el video no aparece, instale gratuitamente RealPlayer™

Esta estación de autobuses de Burkina Faso es un punto de tránsito para el tráfico de niños vendidos como mano de obra fácil de explotar, generalmente en las plantaciones del país vecino, Costa de Marfil. Se estima que, cada año, 200.000 niños son víctimas de tráfico en el continente africano. Estos niños son obligados a trabajar en minas o explotaciones agrícolas, como sirvientes domésticos o en otras actividades informales.

Bonavanture Kere, Secretario General, Sindicato Nacional del Transporte Vial de Burkina Faso

Para luchar eficazmente contra el tráfico de niños, hay que comenzar con estas acciones.

El sindicato nacional del transporte vial coopera con la Organización Internacional del Trabajo para poner fin al tráfico de niños. Su estrategia consiste en realizar acciones de concienciación entre los conductores de autobuses en puntos de tránsito específicos como esta estación de autobuses. El año pasado, más de mil niños víctimas de tráfico pudieron ser rescatados en distintas regiones del país.

Conductor de autobús

Yo solía transportar a niños por cuenta de los traficantes, porque no se gana mucho manejando autobuses. Pero, como musulmán, me di cuenta de que estaba actuando mal y, con la campaña de concienciación, entendí que tenía que dejar esto.

Cuando Maturín tenía 13 años, un traficante convenció a sus padres de dejarlo partir hacia Costa de Marfil, donde supuestamente iba a ganar un buen salario cosechando algodón.

Maturín

No pensaba que las cosas iban a ser así. Cuando llegué allá, todo el trabajo era para mí, había cinco niños allá, conmigo éramos seis. Fue demasiado sufrimiento.

Finalmente, Maturín logró escaparse y regresar a Burkina Faso, donde fue recogido por una asociación que ayuda a los niños víctimas de tráfico colocándolos como aprendices.

Mariama Barry Ouedraogo, Coordinadora Nacional del Proyecto LUTRENA/IPEC

La principal causa del tráfico de niños sigue siendo la pobreza. Para que nuestra lucha sea aún más eficaz, debemos no sólo llevar acciones de concienciación, sino también poder ofrecer alternativas viables a los padres y a los niños.

En vez de viajar en algún autobús que lo lleve hacia la explotación y el trabajo forzoso, Maturín ya está aprendiendo el oficio de mecánico de motocicletas. Quisiera montar un taller de reparación de motos cuando esté de vuelta en su pueblo.

Si se continúan acciones como ésta, es probable que otros niños burkineses también puedan tomar un autobús para volver a su país.