CHERNIVTSI, Ukraine (ILO Online) – Yulia, una joven mujer de Ucrania, aún recuerda cuando trabajaba en Milán, la indiscutible capital de la alta moda italiana y de los elegantes desfiles de moda.

Yulia recuerda la explosión de color que iluminaba las pasarelas: abrigos de tonos brillantes, pieles de rojo patinado, chaquetas de terciopelo de variados matices. Y la costosa, estilosa ropa deportiva...

Yulia estaba detrás de la escena en este moderno cuento de hadas, convencía a los clientes adinerados provenientes de todas partes del mundo de que las mujeres sofisticadas de poder deseaban vestirse con esos modelos. Pero Yulia es una mujer de poder de la vida real. Vestida con un sencillo guardapolvo de color negro y azul cielo, narra cómo se convirtió en modista en su país.

“Trabajar en un lugar como Milán es una experiencia extraordinaria para una modista. El problema era que yo trabajaba sin visa ni contrato”, dijo.

El propietario del taller le aconsejó regresar a Ucrania para preparar todos los documentos necesarios. Fue a su país con la intención de volver a Italia.

“Pero un día, supe de la posibilidad de obtener un crédito preferencial de la OIT para establecer mi propia empresa. Y no quise perder esta oportunidad de transformar mi oficio de modista en una empresa que generase ingresos”, explicó Yulia.

Alquiló un local para su taller a un precio razonable: un aula en una ex escuela. Había mucho espacio para las máquinas de cocer, maniquíes y sala de pruebas. Un amigo renovó el local y ella compró el equipo necesario.

Su consejo para futuras mujeres empresarias: “Lo más importante en los negocios es tener una idea inspiradora. Para alcanzar el éxito también es fundamental la calidad del trabajo. Un cliente satisfecho con toda seguridad recomendará los servicios a sus amigos o amigas. Y no será un problema encontrar otros clientes”.

Yulia se benefició de un proyecto piloto de micro crédito que comenzó en 2006 y que actuaba de complemento al Proyecto sobre Prevención de la Trata de Mujeres de la OIT, activo desde noviembre 2003 en la región de Chernivtsi. El proyecto ofrece asistencia a potenciales o actuales migrantes irregulares y víctimas de trata en lo que se refiere a formación, colocación profesional y actividades empresariales.

La decisión de escoger Chernivtsi Oblast se basó en el hecho de que la región tiene la tasa más alta de desempleo (16 por ciento) y el nivel más bajo de empleo entre mujeres (43,2 por ciento) en el país. Se calcula que cerca de 20 por ciento de la población total de Oblast – la tercera parte de la población en edad de trabajar – ha partido hacia el exterior en los últimos años.

Durante 2006-2007, de las 669 mujeres que se acercaron a 'Suchasnyk' –la organización socia de la OIT en este proyecto– para obtener información sobre trabajo en el exterior, 508 decidieron tomar en consideración otras oportunidades de ingresos en Ucrania después de discutir sobre los riesgos de la migración laboral y la trata de mujeres. De estas mujeres, 161 confirmaron su decisión de salir del país, pero fueron informadas sobre prácticas seguras de migración y procedimientos para encontrar trabajo legal en el exterior.

Los préstamos otorgados a las mujeres empresarias oscilaban entre 500 y 2.500 dólares estadounidenses. Fueron concedidos por un banco privado y asegurados por un fondo de garantía de 40.000 dólares. De las 25 mujeres que desde 2006 recibieron micro créditos, 23 desarrollaron con éxito sus empresas. Las cuotas del crédito y los intereses fueron pagados sin interrupción.

Sus empresas prosperan, así como la de Yulia. En la actualidad, ella recibe muchos pedidos por parte de sus clientes, contrató una asistente y piensa contratar otras mujeres para su taller. Yulia se casará pronto y confeccionará su propio traje de novia.

El proyecto de la OIT en Ucrania también ilustra las complejas relaciones entre migración y políticas de empleo en los países de origen.

“El proyecto enfrenta las causas primordiales de la migración laboral al fortalecer las políticas de empleo y de mercado laboral para crear trabajo decente en los países de origen. Debemos garantizar que las políticas sobre migración, género y desarrollo se refuercen recíprocamente de manera positiva. En síntesis, las políticas sobre migración deberían ir de la mano de políticas de empleo y trabajo decente en los países de origen, con atención especial hacia el trabajo decente para hombres y mujeres en los países de destino”, concluyó la experta en migración de la OIT, Gloria Moreno-Fontes.