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La lucha contra el consumo abusivo de drogas y alcohol en el lugar de trabajo

Los consumidores moderados de bebidas alcohólicas que un día toman "una copita de más" provocan en realidad muchos más problemas en el lugar de trabajo que aquella categoría de colegas, menos numerosa, formada por los grandes bebedores. Estos han desarrollado "mecanismos de tolerancia física y de funcionamiento social" que les permiten disimular las consecuencias de su dependencia alcohólica en el plano profesional, según indica un nuevo informe preparado por la Oficina Internacional del Trabajo.

Comunicado de prensa | 3 de febrero de 1998

GINEBRA (Noticias de la OIT) – Los consumidores moderados de bebidas alcohólicas que un día toman "una copita de más" provocan en realidad muchos más problemas en el lugar de trabajo que aquella categoría de colegas, menos numerosa, formada por los grandes bebedores. Estos han desarrollado "mecanismos de tolerancia física y de funcionamiento social" que les permiten disimular las consecuencias de su dependencia alcohólica en el plano profesional, según indica un nuevo informe preparado por la Oficina Internacional del Trabajo. (Nota 1)

Además, el informe señala que el costo económico de "la patología de dependencia", en el que se incluye el tratamiento, la prevención, la investigación, las medidas de aplicación de la legislación pertinente y la pérdida de productividad no sólo en relación con el consumo abusivo de alcohol, sino de otras sustancias como las drogas ilícitas, ya sea por separado o mezcladas con alcohol, es muy elevado en varios de los países estudiados.

"Aunque resulta difícil cuantificar los costos económicos de la pérdida de productividad, no cabe duda de que son enormes", prosigue el informe citando estudios efectuados en Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Australia, Alemania y Canadá. Otras consecuencias del abuso de alcohol que son difíciles de evaluar se refieren al empobrecimiento de los niveles de educación, el aumento de los divorcios, la desmoralización de los trabajadores, la baja del rendimiento, así como el aumento del despilfarro y del vandalismo.

Estas y otras conclusiones del estudio serán examinadas en una reunión de la OIT, que tendrá lugar en Ginebra los días 3 y 4 de febrero. En esta ocasión se congregarán expertos de la OIT, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas (PNUFID) con dirigentes de los sectores público y privado de los países participantes en un programa quinquenal (Nota 2) -Egipto, México, Namibia, Polonia y Sri Lanka-, con el fin de dar los toques finales al proyecto de informe en que se presentarán los resultados de dicho programa.

Algunas de las cuestiones planteadas por el informe son las siguientes:

* Entre 70 y 80 por ciento de los incidentes provocados por el alcohol (accidentes, riñas, ausentismo, delitos) son obra de bebedores moderados o de personas que beben muy poco, lo que se explica por que éstos son la aplastante mayoría de los consumidores.

* El estudio de los costos de las patologías asociadas que se han realizado en algunos países muestran el elevadísimo costo que supone el consumo abusivo de alcohol y drogas. Por ejemplo, en los Estados Unidos, el costo económico estimado del consumo excesivo de alcohol fue de 70.000 millones de dólares en 1985 (consumo de drogas: 44.000 millones de dólares); en el Reino Unido, dicho costo fue de 1.600 millones de libras (es decir, 2.600 millones de dólares); en el Japón, de 664.000 millones de yen en 1987 (o 5.700 millones de dólares, es decir, 1,9 por ciento del PIB de ese año); en Australia, de 4.500 millones de dólares australianos en 1988 (3.380 millones de dólares de EE.UU.); en Alemania, cerca de 6.000 millones de DM en 1990 (o 3.300 millones de dólares), y en Canadá, de 7.500 millones de dólares canadienses (5.500 millones de dólares de EE.UU.) en lo que atañe al alcohol y de 1.370 millones de dólares (941.000.000 de dólares de EE.UU.), al consumo ilegal de drogas, en 1992. (Nota 3)

* En todas las ocupaciones confundidas, las tasas más elevadas de consumo y abuso de alcohol y drogas corresponden a los trabajadores más jóvenes, de sexo masculino. Hay algunos sectores profesionales más expuestos que otros a la propagación del alcohol y las drogas, como los servicios de expendio de comidas y bebidas, el transporte y las actividades marítimas.

* Entre los hombres, la mayor incidencia del consumo de alcohol, marihuana y cocaína en el puesto de trabajo se registra en los sectores de las recreaciones, los espectáculos y la construcción. Entre las mujeres, las tasas más altas de consumo de alcohol se registran en la agricultura, la silvicultura y la pesca.

* El consumo de alcohol es elevado entre los juristas, el personal doméstico, los directores de empresa, el personal de las fuerzas armadas, las profesiones de la salud y incluso los funcionarios de policía. El consumo de drogas es intenso emtre médicos, enfermeras, personal militar, altos directivos de empresa, conductores de camiones, pilotos y obreros ocupados en cadenas de fabricación masiva.

* La población más expuesta es la categoría de edad de 20-30 años. Entre 20 y 35 años de edad, los perjuicios provocados por el alcohol corresponden sobre todo a los accidentes, las riñas y el ausentismo debido a la intoxicación alcohólica. Entre las edades de 35 y 55 años, los perjuicios derivados del consumo de alcohol consisten en patologías diversas y en alteraciones psico-neurológicas.

* El consumo abusivo de drogas y alcohol tiene repercusiones de más amplio espectro, pues afecta a los familiares y colegas, ya sea en forma de pérdida de ingresos, de tensión o de desmoralización.

Asimismo, la reunión pasará revista a un programa de promoción de nuevos métodos de tratamiento de los problemas derivados del consumo de drogas y alcohol, basados en una mayor participación de las personas que ejercen funciones de dirección en el lugar de trabajo y en la cooperación de las organizaciones sindicales. Este programa también recurre al apoyo de los interlocutores sociales y a las redes establecidas por las organizaciones de empleadores y de trabajadores, con el fin de asegurar el acceso a las empresas y su personal.

"Se trata de un programa esencialmente orientado a la prevención, cuya puesta en práctica queda a cargo de los directores y mandos de la empresa; en este sentido, se aparta de los esquemas tradicionales centrados en la actuación de los expertos, el tratamiento y la rehabilitación." En estos términos define las características esenciales del programa Behrouz Shahandeh, asesor principal en prevención del consumo de drogas y de alcohol, de la OIT. "Las actividades de prevención no pueden concebirse al margen de las actitudes, los valores y el comportamiento fomentados por la empresa, como tampoco del entorno y las condiciones laborales."

Este programa se puso en marcha antes de la adopción, en enero de 1995, por una Reunión tripartita de expertos, de un Repertorio de recomendaciones prácticas sobre el tratamiento de las cuestiones relacionadas con el alcohol y las drogas en el lugar de trabajo, cuya publicación fue aprobada posteriormente por el Consejo de Administración de la OIT. (Nota 4) En este repertorio se han plasmado criterios internacionalmente reconocidos sobre la forma de abordar los problemas derivados del consumo de drogas y alcohol en el lugar de trabajo.

El programa emplea un sistema de "colores de tráfico" para clasificar a los trabajadores que requieren ayuda: zona verde (no tienen problemas de consumo abusivo de sustancias), zona naranja (trabajadores que necesitan un apoyo básico, como el respaldo de un orientador) y zona roja (personal que requiere tratamiento y rehabilitación).

Por regla general, las empresas que han hecho frente al problema se han concentrado en prestar ayuda a los trabajadores que ya tenían problemas de alcoholismo o dependencia de sustancias, proporcionándoles servicios de orientación o remitiéndoles a programas de tratamiento o rehabilitación, con el objeto de asegurar su reintegro a la actividad laboral. Tales programas están destinados únicamente a los alcohólicos o drogadictos (zona roja), que representan tal vez un 3 por ciento de la fuerza de trabajo, y a aquellos trabajadores que experimentan los primeros efectos de la dependencia con respecto al alcohol y las drogas (zona naranja), que representan entre 8 y 10 por ciento de la fuerza de trabajo.

"Habida cuenta de estos antecedentes", indica el Sr. Shahandeh, "la mayor innovación del proyecto ha consistido en pasar del paradigma metodológico centrado en la búsqueda de soluciones directas al problema (las zonas roja y naranja), a un método preventivo que se centra en la zona verde", añadiendo otro objetivo, a saber, impedir que los trabajadores de la zona verde deriven hacia las zonas naranja o roja.

Un estudio efectuado cinco años después de la concepción del programa puso de manifiesto que en más de la mitad de las 38 empresas participantes se registró una disminución de los problemas derivados del consumo de drogas y alcohol. Las principales mejoras se tradujeron en un menor nivel de ausentismo, menos problemas de disciplina y menos llegadas tardías al trabajo. Las empresas incluidas en el estudio (Nota 5) abarcaban distintos sectores de la economía: agricultura, manufactura, comercio, transporte, administración pública, banca y finanzas, y empleaban a un total de 125.000 trabajadores (84 por ciento de varones). Para casi todas, los resultados más importantes de su participación en el proyecto fueron "la elevación de la calidad del trabajo, el aumento de la productividad y las utilidades de la empresa, la mejora del bienestar de los trabajadores y sus familiares, la toma de conciencia de los efectos que al consumo abusivo de sustancias tiene en el lugar de trabajo y la menor frecuencia de los conflictos entre los trabajadores y los supervisores".

En el marco del programa, se han creado asociaciones nacionales de administradores de recursos contra el consumo abusivo de drogas (designadas por el acrónimo inglés de ARMADA); la reunión del 5 de febrero se ocupará precisamente de la orientación futura de estas asociaciones. El mecanismo supone la colaboración de los más altos directivos de las empresas que están aplicando programas de prevención. "La organización en redes ha sido muy útil por lo que se refiere a la puesta en común de informaciones, experiencias y recursos y en la realización de actividades conjuntas a nivel comunitario", explica a guisa de conclusión el Sr. Shahandeh. Las acciones de las asociaciones ARMADA también han permitido hacer participar en los programas a los familiares de las personas interesadas.

Nota 1:
Substance abuse and the workplace: Current state of research and future needs. Proyecto de informe preparado para la Oficina Internacional del Trabajo por el Centro Canadiense sobre el Consumo Abusivo de Sustancias, diciembre de 1997.

Nota 2:
La OIT, la OMS y el PNUFID son los organismos ejecutores del proyecto sobre Programas modelo en materia de prevención del consumo abusivo de drogas y alcohol entre los trabajadores y sus familias; la responsabilidad de la conducción del proyecto incumbe a la OIT.

Nota 3:
Tipos de cambio de enero de 1998. Estas cifras no tienen carácter oficial y sólo deben usarse como valores de referencia.

Nota 4:
Tratamiento de cuestiones relacionadas con el alcohol y las drogas en el lugar de trabajo, Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT, 1996, ISBN 92-2-309455-0. Precio: 15 francos suizos.

Nota 5:
Algunas de las empresas participantes fueron:

- en Egipto, Petroleum Cooperative Company, the Cairo Transport Company y the Arab Gelatine Pharmaceutical Products;
- en México, Ford Motor Company, KALTEX (productos textiles) y CELANESE (productos químicos);
- en Namibia, Namibia Beverages (productores de Coca Cola), Telecom Namibia y Model Supermarket Ltd.;
- en Polonia, Rokita Chemicals, Power Engineering Technical Services y Rolling Stock Company, y
- en Sri Lanka, Ministerio de Trabajo y Formación Profesional, Bata Ceylon Ltd. y Ever-Ready Battery Ltd..