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Nunca ha habido tantas mujeres en la fuerza de trabajo mundial, pero sigue siendo difícil de lograr la igualdad en el empleo y la reducción de la pobreza

El número de mujeres que ingresa en la fuerza de trabajo mundial nunca ha sido tan elevado, pero tienen que hacer frente a tasas de desempleo más elevadas y a salarios más bajos y representan el 60 por ciento de los 550 millones de trabajadores pobres, según un nuevo informe de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) preparado para el Día Internacional de la Mujer.

Comunicado de prensa | 5 de marzo de 2004

GINEBRA (Noticias de la OIT) - El número de mujeres que ingresa en la fuerza de trabajo mundial nunca ha sido tan elevado, pero tienen que hacer frente a tasas de desempleo más elevadas y a salarios más bajos y representan el 60 por ciento de los 550 millones de trabajadores pobres, según un nuevo informe de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) preparado para el Día Internacional de la Mujer.

Al mismo tiempo, otro análisis actualizado de tendencias en los esfuerzos de las mujeres por romper el techo de cristal indica que los progresos a la hora de superar la barrera invisible y simbólica para llegar a los puestos de dirección siguen siendo "lentos, desiguales y a veces desalentador".

"Estos dos informes presentan la dura realidad de la situación de la mujer en el mundo del trabajo actual", dice el Director General de la OIT, Juan Somavia. "Las mujeres tienen que tener las mismas oportunidades de alcanzar los puestos de dirección. A menos que se logre sacar a las mujeres de la pobreza creando empleos productivos y decentes, los Objetivos de Desarrollo para el Milenio de reducir a la mitad la pobreza para 2015 seguirán siendo inalcanzables en la mayor parte de las regiones del mundo".

Según un análisis del empleo de las mujeres, "Global Employment Trends for Women 2004 ( Nota 1)", nunca han trabajado tantas mujeres como hoy en día. En 2003, 1.100 millones de los 2.800 millones de trabajadores del mundo, esto es el 40 por ciento, eran mujeres, lo que representa un aumento en todo el mundo de casi 200 millones de mujeres con empleo en los últimos 10 años ( Nota 2).

Sin embargo, el crecimiento explosivo de la fuerza de trabajo femenina no se ha visto acompañado de una verdadera emancipación socioeconómica de la mujer, señala el informe. Tampoco ha dado lugar a una igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor ni a un equilibrio de prestaciones que equipararía a las mujeres con los hombres en casi todas las ocupaciones. "En resumen, la verdadera igualdad en el mundo del trabajo está todavía fuera del alcance", añade el informe.

El estudio reveló que si bien la diferencia entre el número de hombres y mujeres en la fuerza de trabajo (la suma de los desempleados y de los empleados) ha disminuido en todas las regiones del mundo desde 1993, esta disminución ha variado enormemente. En las economías de transición y Asia Oriental, en donde hay 91 y 83 trabajadoras respectivamente por cada 100 hombres, la diferencia prácticamente ha desaparecido, mientras que en otras regiones del mundo como en Oriente Medio, Africa del Norte y Asia Meridional, hay sólo 40 mujeres económicamente activas por cada 100 hombres, según el informe.

Por otra parte, según la OIT, el desempleo de las mujeres en 2003 fue ligeramente superior al de los hombres en todo el mundo en su conjunto (6,4 por ciento para las mujeres y 6,1 para los hombres), de forma que 77,8 millones de mujeres que estaban dispuestas a trabajar y buscaban trabajo se quedaron sin empleo. Sólo en Asia Oriental y Africa Subsahariana la tasa regional de desempleo de los hombres superó a la de las mujeres, con un 3,7 por ciento de desempleo masculino en Asia Oriental frente a un 2,7 por ciento de desempleo femenino, y un 11,8 por ciento de desempleo masculino en Africa Subsahariana frente a un 9,6 por ciento de desempleo femenino.

En América Latina y el Caribe, la tasa de desempleo femenino fue de un 10,1 por ciento frente a una tasa del 6,7 por ciento para los hombres, mientras que en Oriente Medio y Africa del Norte la tasa de desempleo femenino del 16,5 por ciento fue 6 puntos porcentuales superior a la de los hombres. Para los jóvenes en general, pero sobre todo para las jóvenes de 15 a 24 años resultó incluso más difícil encontrar un trabajo, elevándose el número de mujeres jóvenes desempleadas involuntariamente en todo el mundo a 35,8 millones.

El informe señala que, en los países en desarrollo, las mujeres no pueden simplemente permitirse el lujo de no trabajar y, por consiguiente, las bajas tasas de desempleo ocultan el problema. La dificultad para las mujeres de estos países no reside en obtener un empleo - tienen que aceptar cualquier trabajo disponible y suelen acabar en el sector informal como en la agricultura con ninguna o pocas prestaciones de la seguridad social y un alto grado de vulnerabilidad - sino en obtener un empleo decente y productivo.

Lo que es más, de los 550 millones de trabajadores pobres del mundo (personas incapaces de superar ellos mismos y sus familias el umbral de 1 dólar de los Estados Unidos al día) 330 millones, esto es el 60 por ciento, eran mujeres, señala el informe. Si a los 330 millones de trabajadoras pobres se suman los 77,8 millones de desempleadas significa que se tienen que crear como mínimo 400 millones de empleos decentes para que las mujeres pobres y desempleadas puedan superar la pobreza.

"A menos que se resuelva el problema de las trabajadoras pobres creando oportunidades de empleo para ayudarles a obtener un trabajo productivo y remunerado en condiciones de libertad, seguridad y dignidad humana y dar así a las mujeres la oportunidad de superar por sí mismas la pobreza, no se logrará el Objetivo de Desarrollo para el Milenio de reducir la pobreza a la mitad para 2015 en la mayor parte de las regiones del mundo", señala el informe.

El informe revela también que las mujeres suelen ganar menos que los hombres. En las seis ocupaciones examinadas, las mujeres siguen ganando menos de lo que ganan sus homólogos masculinos, incluso en ocupaciones "típicamente femeninas" como en la enfermería y la enseñanza.

"Sólo se pueden crear suficientes empleos decentes para las mujeres si los responsables de la formulación de políticas sitúan al empleo en el centro mismo de las políticas económicas y sociales y reconocen que las mujeres se enfrentan a problemas más importantes en el lugar de trabajo que los hombres", dice el Sr. Somavia. "Al aumentar los ingresos y oportunidades de las mujeres se contribuye a que familias enteras salgan de la pobreza y al progreso económico y social."

El techo de cristal - todavía intacto

"Las estadísticas mundiales recientes muestran que sigue aumentando la proporción de puestos directivos ocupados por mujeres, pero los progresos se producen a un ritmo lento, desigual e incluso a veces desalentador", según la publicación "Romper el techo de cristal: las mujeres en puestos de dirección -- actualización 2004 ( Nota 3)".

La situación general del empleo de las mujeres no ha evolucionado mucho desde 2001, según esta actualización. La proporción de mujeres que ocupan puestos profesionales aumentó sólo un 0,7 por ciento entre 1996 y 1999, y 2000 y 2002; y la proporción de mujeres en puestos de dirección, en unos 60 países, osciló entre un 20 y un 40 por ciento. Estos datos muestran que las mujeres están, a todas luces, insuficientemente representadas en los puestos de dirección en relación con su proporción total en el empleo.

En política, la proporción de representantes mujeres en los parlamentos nacionales sigue siendo baja, aunque aumentó de un 13 por ciento a un 15,2 por ciento entre 1992 y 2003. Sin embargo, en la actualización se indica que últimamente ha aumentado el número de mujeres en puestos del gobierno que tradicionalmente ocupaban los hombres, tales como asuntos exteriores, finanzas y defensa.

La proporción más elevada de mujeres en puestos profesionales en 2000-2002 se registró en Europa Oriental y en la Comunidad de Estados Independientes, en gran parte debido a las políticas que se vienen aplicando desde hace tiempo a favor de las madres trabajadoras. La proporción de mujeres en puestos profesionales en países de Asia Meridional y Oriente Medio fue significativamente inferior situándose en torno a un 30 por ciento o incluso menos, según el informe, debido a las opiniones de la sociedad en lo que respecta a la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo y a que las mujeres dan prioridad a las responsabilidades familiares.

Los datos muestran que, en general, en países de América del Norte, América del Sur y Europa Oriental la proporción de mujeres en puestos de dirección es superior a la de países en Asia Oriental, Asia Meridional y Oriente Medio. No obstante, el informe indica que en los sectores predominantemente femeninos en los que hay más mujeres en puestos de dirección, un número desproporcionado de hombres accede a puestos de alta dirección y en las profesiones normalmente reservadas a los hombres, es raro encontrar a mujeres en puestos de dirección.

Una excepción fue la alta incidencia de mujeres en altos puestos en los sistemas jurídicos de algunos países. En 2001-2002, más del 50 por ciento de los jueces en seis países de Europa Oriental (Hungría, Rumania, República Checa y Estonia, Croacia y Lituania) y el 35 por ciento de los jueces supremos en Polonia eran mujeres. A principios de 2003, de 18 jueces elegidos para la Corte Penal Internacional 10 eran mujeres.

Según Linda Wirth, Directora de la Oficina para la Igualdad de Género de la OIT y autora del estudio original: "Las mujeres siguen teniendo más dificultades en acceder a puestos de dirección que a puestos más bajos en la jerarquía. De vez en cuando, algunas mujeres son noticia por atravesar la barrera, pero estadísticamente representan un porcentaje muy bajo en los altos puestos de dirección. Sigue vigente la regla empírica: cuanto más elevada es la jerarquía de una organización, menos mujeres hay".

Sin embargo, no todas las noticias son malas. El estudio indica que algunos empleadores están empezando a cambiar de actitud y las empresas entienden ahora que las políticas favorables a la familia, el mejor acceso a la formación y sistemas de orientación más sólidos fomentan la retención del personal femenino y pueden mejorar la productividad. Asimismo, los gobiernos y sindicatos están abogando por la reforma de la legislación social y del empleo para garantizar que las mujeres puedan conservar su antigüedad, prestaciones y capacidad para obtener ingresos.


Nota 1

Nota 2

Nota 3 - Romper el techo de cristal: las mujeres en puestos de dirección - actualización 2004, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 2004.