Este año celebramos un logro importante en la respuesta a la epidemia de sida. Ocho meses antes de lo que se había previsto, 15 millones de personas tienen acceso al tratamiento antirretrovírico que puede salvar sus vidas. El número de nuevas infecciones por el VIH y de muertes relacionadas con el sida en todo el mundo sigue disminuyendo. Se trata de avances muy importantes y bienvenidos hacia la consecución del Objetivo de Desarrollo del Milenio 6, una de cuyas metas es haber detenido y comenzado a reducir la propagación del VIH y el sida para finales de 2015.

En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se hace un llamamiento enérgico a la acción, en particular para que el sida deje de ser una amenaza para la salud pública de aquí a 2030. En apoyo a esta iniciativa, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) adoptó una ambiciosa estrategia de aceleración para 2016-2021. Esta estrategia aspira a alcanzar tres nuevas metas denominadas “90-90-90”: el 90 por ciento de las personas que viven con el sida conocen su estado serológico, el 90 por ciento de las personas que saben que son seropositivos reciben tratamiento, y el 90 por ciento de las personas que reciben tratamiento muestran una reducción de la carga viral.

La OIT encomia esta iniciativa. Como organismo copatrocinador de ONUSIDA, somos conscientes de que por muy buenos resultados que hayamos obtenido con el actual ritmo de respuesta al VIH, debemos seguir esforzándonos en este breve plazo de cinco años para acelerar nuestra respuesta, tomar las decisiones oportunas y realizar las inversiones adecuadas si queremos que la epidemia de sida deje de ser una amenaza para la salud pública de aquí a 2030.

La OIT se centrará en llegar a los trabajadores de la economía informal y los trabajadores migrantes, así como a aquellos trabajadores que están obligados a viajar constantemente y viven lejos del cónyuge o la pareja, circunstancias que hacen que estén más expuestos al riesgo de infección. La OIT reconoce la importancia fundamental de hacer participar a todos los grupos de población clave, incluidos los grupos vulnerables, en las iniciativas nacionales encaminadas a promover la creación de empleo y la protección social.

En el marco del asesoramiento y servicios técnicos de la OIT, se seguirán promoviendo las pruebas de detección del VIH con carácter voluntario y confidencial así como el acceso al tratamiento en el propio lugar de trabajo o a través de él. En menos de dos años, la Iniciativa VCT@WORK ha llegado a 2,5 millones de trabajadores transmitiéndoles información sobre el VIH y el sida y proponiéndoles pruebas de detección en 34 países. Se remitió para tratamiento a los 80 000 trabajadores que dieron positivo. Esto representa un gran éxito colectivo de nuestros mandantes tripartitos y nuestros asociados, incluso de las agrupaciones de personas que viven con el VIH.

La estrecha colaboración con las organizaciones de trabajadores y de empleadores, la ampliación de las alianzas de la OIT con el sector privado y el aprovechamiento de las ventajas comparativas que ofrece el sector privado contribuirán en gran medida a alcanzar las metas urgentes.

Los próximos cinco años serán decisivos. La OIT celebra hoy el Día Mundial del Sida renovando su compromiso por un mundo sin sida de aquí a 2030.