Antes de la ley nacional de trabajo doméstico, el sector no tenía derechos laborales

La directora general de Capacitación de la escuela de la Unión de Personal Auxiliar de Casas Particulares (UPACP), Marta Roncoroni, resaltó el crecimiento de la demanda de formación por parte de las trabajadoras domésticas.

Fecha de la publicación: 4 de abril de 2019 |


¿Cómo surgió la idea de una escuela especializada para las trabajadoras domésticas?
MR: La escuela se inició en 2006. Yo era abogada del sindicato y siempre les comentaba a las autoridades la importancia de armar una escuela de capacitación. Así fue que me hice cargo, armé todo de cero, tomé conocimiento de las personas que más sabían de la actividad. Del año 2006 al 2008, solo dimos clases en la sede de la Ciudad de Buenos Aires. Pero nosotros veíamos que había una demanda, que año a año aumentaba la cantidad de alumnas. A fines de 2008, firmamos el primer convenio con el Ministerio de Trabajo de la Nación y eso nos permitió un gran crecimiento. Pudimos expandirnos a otras localidades del conurbano e incluso a otras provincias, replicando las buenas experiencias.

¿Con cuántas alumnas cuenta la escuela?
MR: Hoy tenemos emitidos 17.000 certificados de alumnos de las 20 sedes que tenemos en todo el país. Cuando la política de Estado te acompaña en estos proyectos, el crecimiento es exponencial.

¿Qué tipo de cursos se dictan?
MR: Contamos con un curso básico que enseña las actividades que se realizan dentro del hogar: cocina, limpieza, atención de personas y gestión domiciliaria, además de información y asesoramiento a las trabajadoras sobre todo lo que tiene que ver con los derechos y cómo ofrecerse al mundo laboral. Pero también tenemos perfeccionamientos dentro de esas mismas materias: cocina superior, repostería y pastelería, cuidado domiciliario para el adulto mayor y cuidado de niños y niñas. Además, la escuela brinda educación primaria y secundaria y también actividades extra programáticas. Estamos convencidos de que la educación es la herramienta que tiene la persona para una mejor vida.

¿Cómo contribuyó la escuela a que el sector adquiriera derechos?
MR: La escuela tuvo un rol importante de participación y de movilización. Antes de la sanción de la ley 26.844, el sector era cuentapropista, no tenía derechos laborales. No tenía licencia por maternidad, siendo una actividad totalmente feminizada. Fueron ellas, las trabajadoras, quienes se comprometieron y reunieron voluntariamente para luchar por sus derechos. Entendían perfectamente la importancia de que su actividad sea reconocida como un trabajo. La escuela también tuvo un valor muy importante para poner en valor después de la ley esos derechos. Actualmente se realizan talleres de sensibilización, talleres tanto para colegios de abogados y de contadores, que son los espacios a los que los empleadores recurren a la hora de solucionar un conflicto. Yo te diría que somos los pioneros y que hemos abierto el camino para un grupo de trabajadores que estaba muy desprestigiado.

¿Qué importancia tiene para el sector la Guía para Trabajadoras de Casas Particulares, elaborada junto a la Organización Internacional del Trabajo (OIT)?
MR: La guía de Trabajadoras de Casas Particulares habla de los derechos que tienen las trabajadoras y los empleadores del sector. Se ha difundido en todas las delegaciones y las sedes de la escuela. La idea es que si tiene alguna dificultad con su empleador, pueda mostrarle lo que dice la guía y la otra parte pueda entender y ponerse de acuerdo para sostener la relación laboral, que para nosotros es una de las cosas más importantes. ¿Cómo surgió la idea de una escuela especializada para las trabajadoras domésticas?
MR: La escuela se inició en 2006. Yo era abogada del sindicato y siempre les comentaba a las autoridades la importancia de armar una escuela de capacitación. Así fue que me hice cargo, armé todo de cero, tomé conocimiento de las personas que más sabían de la actividad. Del año 2006 al 2008, solo dimos clases en la sede de la Ciudad de Buenos Aires. Pero nosotros veíamos que había una demanda, que año a año aumentaba la cantidad de alumnas. A fines de 2008, firmamos el primer convenio con el Ministerio de Trabajo de la Nación y eso nos permitió un gran crecimiento. Pudimos expandirnos a otras localidades del conurbano e incluso a otras provincias, replicando las buenas experiencias.

¿Con cuántas alumnas cuenta la escuela?
MR: Hoy tenemos emitidos 17.000 certificados de alumnos de las 20 sedes que tenemos en todo el país. Cuando la política de Estado te acompaña en estos proyectos, el crecimiento es exponencial.

¿Qué tipo de cursos se dictan?
MR: Contamos con un curso básico que enseña las actividades que se realizan dentro del hogar: cocina, limpieza, atención de personas y gestión domiciliaria, además de información y asesoramiento a las trabajadoras sobre todo lo que tiene que ver con los derechos y cómo ofrecerse al mundo laboral. Pero también tenemos perfeccionamientos dentro de esas mismas materias: cocina superior, repostería y pastelería, cuidado domiciliario para el adulto mayor y cuidado de niños y niñas. Además, la escuela brinda educación primaria y secundaria y también actividades extra programáticas. Estamos convencidos de que la educación es la herramienta que tiene la persona para una mejor vida.

¿Cómo contribuyó la escuela a que el sector adquiriera derechos?
MR: La escuela tuvo un rol importante de participación y de movilización. Antes de la sanción de la ley 26.844, el sector era cuentapropista, no tenía derechos laborales. No tenía licencia por maternidad, siendo una actividad totalmente feminizada. Fueron ellas, las trabajadoras, quienes se comprometieron y reunieron voluntariamente para luchar por sus derechos. Entendían perfectamente la importancia de que su actividad sea reconocida como un trabajo. La escuela también tuvo un valor muy importante para poner en valor después de la ley esos derechos. Actualmente se realizan talleres de sensibilización, talleres tanto para colegios de abogados y de contadores, que son los espacios a los que los empleadores recurren a la hora de solucionar un conflicto. Yo te diría que somos los pioneros y que hemos abierto el camino para un grupo de trabajadores que estaba muy desprestigiado.

¿Qué importancia tiene para el sector la Guía para Trabajadoras de Casas Particulares, elaborada junto a la Organización Internacional del Trabajo (OIT)?
MR: La guía de Trabajadoras de Casas Particulares habla de los derechos que tienen las trabajadoras y los empleadores del sector. Se ha difundido en todas las delegaciones y las sedes de la escuela. La idea es que si tiene alguna dificultad con su empleador, pueda mostrarle lo que dice la guía y la otra parte pueda entender y ponerse de acuerdo para sostener la relación laboral, que para nosotros es una de las cosas más importantes.