IMPACTO DEL COVID-19 EN EL EMPLEO

Informe de la OIT Argentina llama a contener a los grupos más afectados por la crisis

Mujeres, trabajadores informales y monotributistas, entre otros, enfrentan mayores riesgos de perder su empleo y de sufrir el deterioro en la calidad de sus condiciones laborales. Así lo sostiene una nueva publicación de la Organización Internacional del Trabajo, que compara medidas del país y de otras economías y convoca a dar una respuesta integral sin dejar a nadie atrás.

Comunicado de prensa | 3 de abril de 2020
(Buenos Aires, OIT Argentina) – Al igual que en todo el mundo, la crisis provocada por la pandemia del COVID-19 tendrá un fuerte impacto en el mercado de trabajo de Argentina. La cantidad y la calidad de los empleos se encuentran amenazadas, con consecuencias más significativas para los trabajadores que están en una situación de mayor vulnerabilidad.

Así se desprende de la nota técnica El COVID-19 y el mundo del trabajo en Argentina: impacto y respuestas de política, elaborada por especialistas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el país. Se trata de un análisis preliminar que detalla las políticas anunciadas por el gobierno y las evalúa en línea con las recomendaciones de la organización para brindar una respuesta integral a esta crisis.

De acuerdo con este informe, los grupos más afectados por la crisis son las mujeres, los trabajadores informales –y en particular quienes se ocupan en actividades que no pueden realizarse de manera remota, como las trabajadoras domésticas–, los trabajadores independientes, monotributistas y de plataformas –con modalidades de empleo que no ofrecen protección completa y acceso limitado a programas de protección social no contributivos– y quienes llevan a cabo tareas de cuidado en los hogares.

Como consecuencia de esta crisis, se prevé una caída significativa del PIB durante 2020, estimada entre -2 y -3,8 por ciento. De confirmarse el escenario más extremo, el número de desocupados en el país podría sumar 340.000 personas.

“Las políticas de aislamiento como respuesta a la crisis que fueron tomadas por el gobierno argentino y por otras naciones con las que mantiene vínculos comerciales, tuvieron como consecuencia el actual freno de gran parte de actividades profesionales”, afirma la nota, elaborada por Christoph Ernst –especialista en empleo y desarrollo productivo– y Elva López Mourelo –especialista en mercados de trabajo inclusivos–, ambos funcionarios de la OIT Argentina. Para los autores, el paro de la mayoría de las actividades productivas ya causó una caída del crecimiento económico que se acentuará en las próximas semanas y que afecta negativamente al mercado de trabajo.

Los más afectados


Si bien las consecuencias económicas, laborales y sociales de la crisis del COVID-19 son generalizadas y afectan a la totalidad de la población en la gran mayoría de los países, existen una serie de grupos de trabajadores que se ven particularmente afectados por diversas razones.

En primer lugar, las mujeres. Además de estar sobrerrepresentadas en las ocupaciones a cargo de atender a las víctimas de la pandemia, las mujeres “tienen también mayor presencia en los sectores más afectados” por las restricciones y el aislamiento social”, como el comercio, turismo, hostelería, entre otros. De hecho, las mujeres representan al 44 por ciento de los trabajadores en el sector de hoteles y restaurantes del país. Por otra parte, la informalidad laboral es mayor entre las mujeres, quienes además asumen en mayor medida las tareas de cuidado no remunerado, multiplicadas frente al cierre de escuelas.

Así, los trabajadores que realizan tareas de cuidado en los hogares, incluidas las trabajadoras domésticas, abarcan a más de un millón de personas en Argentina y son mayoritariamente mujeres. Además, el 75 por ciento de las trabajadoras domésticas en Argentina no están registradas, lo que limita su acceso a derechos laborales como la obra social, la licencia por enfermedad y otros mecanismos de protección social, especialmente necesarios en esta crisis sanitaria.

Luego, destaca la nota, los trabajadores informales en general se verán especialmente afectados por las consecuencias del COVID-19, ya que normalmente se desempeñan en ocupaciones incompatibles con el trabajo a distancia. “Es importante tener presente que los trabajadores informales, además de verse especialmente afectados por la crisis, no cuentan con los mecanismos de protección que les permite disponer de un ingreso durante el tiempo que no puedan realizar su actividad”, aseguran los especialistas de la OIT Argentina.

Los trabajadores independientes, monotributistas y/o trabajadores de plataformas también se cuentan entre los más vulnerables. En general, “no están cubiertos por un seguro de desempleo u otras protecciones esenciales, como la cobertura por enfermedad profesional que les otorgaría un ingreso durante el periodo que no pueden trabajar”.

Por otra parte, Ernst y López Mourelo explican que la crisis también afecta de manera directa a la construcción y la industria y, en especial, a las micro empresas y las pymes. “Gran parte de la población ocupada en Argentina trabaja en pymes o por cuenta propia”, señalan y sostienen que en las unidades con menos de cinco empleados, 7 de cada 10 personas trabajan en la informalidad.

La clave: respuestas políticas integrales

Para la OIT, las respuestas políticas ante la crisis deben enfocarse en dos objetivos inmediatos. En primer lugar, es necesario asegurar la salud de los trabajadores, los empleadores y sus familias y minimizar los riesgos de propagación del COVID-19. Luego, deben tomarse acciones coordinadas, rápidas y de gran escala para estimular la economía y sostener los empleos, las condiciones de trabajo y los ingresos de los trabajadores. Con ese marco, los autores de la nota se preguntan: ¿qué aspectos son clave para que las medidas económicas y sociales tomadas para mitigar los costos de la crisis logren su objetivo?

“En Argentina ya se han implementado y anunciado medidas que van en la dirección adecuada”, sostienen Ernst y López Mourelo, para quienes “la fijación de precios y el apoyo financiero para la producción de bienes de primera necesidad, así como las facilidades de pago anunciadas por el gobierno, son medidas importantes para aliviar la situación de las empresas y de las pymes en particular”.

En la misma línea, destacan las políticas de protección social: “El bono extraordinario de la AUH y el Ingreso Familiar de Emergencia permitirán alcanzar a miles de hogares que han visto reducidos sus ingresos total o parcialmente”.
Hacia el final de la nota, tras realizar una comparación de las respuestas políticas tomadas por diversos países del mundo y de la región y detallar las medidas implementadas por el gobierno argentino, los especialistas de la OIT insisten con el mensaje clave: la necesidad de proteger a los grupos más afectados y menos protegidos. De ese modo, aseguran: “Se requieren políticas laborales activas y de protección social para los trabajadores informales, los cuentapropistas, las trabajadoras domésticas, los migrantes y todos aquellos grupos a los que resulta más difícil llegar, porque están al margen del alcance de la capacidad de las instituciones”.

Para la OIT Argentina, la respuesta a esta crisis debe ser integral, articulada y monitoreada entre los ministerios, con el compromiso compartido de gobiernos, empleadores y sindicatos, en un proceso activo de diálogo social.