El diálogo social sigue siendo primordial para forjar una recuperación sostenible de la crisis de la COVID-19

Un nuevo informe de la Oficina de Actividades para los Trabajadores de la OIT destaca la necesidad de respuestas a escala mundial basadas en un diálogo social eficaz para superar la crisis de COVID-19.

Comunicado de prensa | Geneva | 1 de febrero de 2021
GINEBRA (OIT Noticias)-Según un nuevo informe publicado por la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV) de la OIT, el diálogo social eficaz y la cooperación entre los gobiernos, las organizaciones de empleadores y las organizaciones de trabajadores han demostrado ser indispensables para la elaboración y puesta en práctica de estrategias y políticas adecuadas con miras a afrontar la crisis de la COVID-19.

El Análisis de tendencias mundiales sobre el papel de los sindicatos en tiempos de COVID-19 revela que 108 de 133 países, o el 81 por ciento, han recurrido al diálogo social en respuesta a la pandemia a fin de alcanzar un consenso sobre medidas específicas para brindar protección a los trabajadores y las empresas. El informe muestra asimismo que al menos una forma de diálogo social (tripartito, bipartito o ambos) se utilizó en el cien por cien de los países examinados en los Estados árabes, en el 88 por ciento de los países de Asia y el Pacífico, en el 84 por ciento de los países de Europa y Asia Central, en el 77 por ciento de los países africanos y en el 76 por ciento de los países de las Américas.

Maria Helena ANDRÉ, Directora de ACTRAV, señala: “Estamos viviendo un período de crisis sin precedentes. Pero una cosa es evidente: necesitamos fortalecer el diálogo social para garantizar una recuperación duradera, sostenible e inclusiva, en la que no se deje a nadie atrás. Unos sindicatos fuertes, independientes, informados y representativos, así como la solidaridad mundial, son más pertinentes que nunca para conseguir el futuro que queremos”.

Impacto de la sindicalización

Según el informe, la sindicalización de las organizaciones de trabajadores se ha visto gravemente afectada por el confinamiento y las medidas restrictivas.Como consecuencia, algunos sindicatos han decidido suspender el cobro de las cuotas de afiliación, mientras que otros han considerado la crisis una oportunidad para concienciar y llegar a los trabajadores de la economía informal, y han emprendido campañas eficaces de afiliación. También ha habido sindicatos que han desarrollado formas innovadoras de organización y de acercamiento a sus miembros, o que han organizado acciones humanitarias.

El informe pone de relieve asimismo un incremento de las violaciones de los derechos de los trabajadores y de los derechos sindicales en todo el mundo como consecuencia de las medidas adoptadas por los gobiernos. Estas violaciones se refieren en particular a las normas internacionales del trabajo, al incumplimiento de las normas laborales en lo que respecta a los despidos, las horas de trabajo y el pago de los salarios, y a la desconsideración de las normas de seguridad y salud en el trabajo (SST).

Como actores esenciales del mundo del trabajo, los sindicatos también han formulado algunas recomendaciones a los gobiernos y las organizaciones de empleadores. Sus solicitudes de acción inmediata han incluido la atención de salud universal; la extensión de las prestaciones de enfermedad, desempleo y familiares; las transferencias de efectivo; la seguridad del empleo y de los ingresos; el apoyo financiero a las empresas; el cumplimiento de las normas de SST; la concesión de prestaciones en especie y el reconocimiento de la COVID-19 como una enfermedad profesional

Las recomendaciones a medio y largo plazo han comprendido el fortalecimiento del diálogo social, la extensión de la cobertura de protección social, la realización de inversiones a largo plazo en servicios sociales y de bienestar, y la condonación parcial o total de las deudas.

Recomendaciones

El informe insta a los sindicatos a garantizar que las medidas temporales adoptadas en respuesta a la pandemia de la COVID-19 sean un primer paso hacia una recuperación sólida centrada en una perspectiva a medio y largo plazo, en consonancia con las prioridades identificadas en el marco de política de la OIT para responder a la crisis de la COVID-19.

Los sindicatos deberían considerar la crisis como una llamada de atención para contribuir a unos programas laborales y sociales mejores y más inclusivos. Siguen desempeñando un papel importante como vehículos de la democracia y defensores de la justicia social.

Además, el programa de los sindicatos para la resiliencia y el empoderamiento debería tener por objeto crear voluntad política, contribuir al fortalecimiento de los mecanismos de diálogo social, aumentar los conocimientos y la capacidad, incrementar la capacidad representativa, continuar promoviendo las prioridades de los trabajadores, prestar nuevos servicios, expandir las alianzas, comprometerse con los procesos de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible, intercambiar información y aprender de crisis anteriores.