Maria Helena ANDRE, Directora de la Oficina de Actividades para los Trabajadores de la OIT (ACTRAV)

ACTRAV INFO: La pandemia de la COVID-19 sigue propagándose por todo el mundo: corren tiempos difíciles para los trabajadores y las organizaciones de trabajadores, ¿no es cierto?

Sí, en efecto. El mundo se está enfrentando al mayor reto de nuestra generación. No tenemos una hoja de ruta para hacer frente a la pandemia. No debería sorprendernos que el mundo esté profundamente afectado por la pandemia mundial de la COVID-19. Hemos observado cambios profundos en las maneras en que el trabajo se organiza en diferentes sectores, el cierre total de muchas actividades, el aumento del desempleo, y muchas medidas de apoyo adoptadas por los gobiernos para mantener ciertos niveles de actividad económica y de apoyo a los medios de sustento de los trabajadores y sus familias. Hemos sido testigos de la vulneración de los derechos de los trabajadores y, como consecuencia, del impacto en la capacidad de las organizaciones de trabajadores para seguir sirviendo a sus miembros.

Huelga decir que las repercusiones para los trabajadores han sido, y siguen siendo, enormes. Le invito a consultar el Observatorio de la OIT, que proporciona estimaciones de los puestos de trabajo perdidos en diferentes regiones, sectores, etc. Ahora sabemos que la crisis de la COVID-19 está teniendo un impacto en todos los trabajadores a escala mundial. Sin embargo, dependiendo de la región en la que se usted se encuentre, del sector en el que trabaje o de su tipo de relación de trabajo, puede enfrentarse a diferentes efectos de la crisis. La crisis también ha puesto de relieve y ha agravado las desigualdades y vulnerabilidades existentes. Piense en las condiciones de trabajo de los trabajadores situados en primera línea o de los trabajadores de la economía informal, que carecen de protección laboral y social.

La pandemia no sólo está afectando a los trabajadores, sino también a las organizaciones de trabajadores. Los sindicatos en todo el mundo han realizado, y siguen realizando, una importante labor durante la pandemia al apoyar a sus miembros y a toda la población. A principios de año, ACTRAV publicó Análisis de tendencias mundiales sobre el papel de los sindicatos en tiempos de COVID-19: Resumen de los hallazgos principales, que documenta los múltiples papeles desempeñados por los sindicatos en todo el mundo durante la pandemia. El estudio muestra que los sindicatos han estado participando activamente en la formulación de políticas a través del diálogo social para influir en las decisiones de política, tales como los programas de mantenimiento del empleo, los subsidios salariales y la extensión de la protección social a los trabajadores más vulnerables. Los sindicatos también han estado al frente de las negociaciones con los empleadores con objeto de mitigar los efectos adversos de la crisis, que abarcan desde las medidas de seguridad y salud en el trabajo (SST) hasta el teletrabajo. Además, durante la pandemia, los sindicatos han elaborado estrategias innovadoras para seguir representando y sirviendo a los trabajadores, por ejemplo, mediante la utilización de las redes sociales, campañas y huelgas por los trabajadores que están en primera línea, así como de servicios jurídicos y de asesoramiento en línea.

Sin embargo, la crisis también está teniendo un fuerte impacto en las funciones esenciales de los sindicatos, lo que plantea preguntas importantes: ¿Cómo está afectando la crisis de la COVID-19 la capacidad de los sindicatos para influir en la formulación de políticas y entablar un diálogo social inclusivo y efectivo? ¿Qué capacidades tienen los sindicatos para ser la voz de TODOS los trabajadores? ¿Y en qué medida las personas han dependido de los sindicatos durante las crisis para mejorar la protección laboral y social?

ACTRAV INFO: Esto nos lleva a la siguiente pregunta, que está relacionada con la pandemia de la COVID-19, pero va más allá de la misma: ¿cómo se ven afectados los sindicatos por un mundo del trabajo que está cambiando a un ritmo cada vez rápido, y cómo están respondiendo a él?

Seguro que no me equivoco si afirmo que el mundo está experimentando una serie de transiciones. La transición de la juventud a la vejez. La transición de la economía informal a la economía formal. La transición de un mundo analógico a un mundo digital. La transición medioambiental. La transición de una situación laboral normal a confinamientos y al teletrabajo.

La principal pregunta que se plantea es: ¿cómo están evolucionando estas transiciones para convertirse en una normalidad nueva, incierta e imprevisible? Otra pregunta es: ¿cómo están afectando estas transiciones al mundo del trabajo, y al futuro de los sindicatos?

En efecto, formular estas preguntas permite a los dirigentes sindicales reflexionar sobre lo que estas transiciones significan para sus organizaciones. Es importante comprender las consecuencias de las transiciones para los miembros, para todos los miembros, en su diversidad. Los sindicatos deben ser conscientes de la importancia de estas transiciones para sus operaciones. Asimismo, tal vez consideren oportuno examinarse a sí mismos, y preguntar qué debe cambiar para que la transición sea apropiada, constructiva y adecuada a los objetivos, y esté en consonancia con los mandatos, los valores, los principios y la acción sindicales para mejorar la vida de los trabajadores en todo el mundo.

ACTRAV aborda estas preguntas en su publicación Sindicatos en transición. Consulte nuestro sitio web, que contiene diversos materiales. El informe “Trade Unions in the Balance” (“Los sindicatos en la balanza”, disponible en inglés) proporciona un “discurso” de las organizaciones de trabajadores en todo el mundo que examina la evolución experimentada por la sindicalización, los principales retos a los que se enfrentan los sindicatos y los posibles caminos a seguir. El Boletín Internacional de Investigación Sindical sobre El futuro del trabajo: Los sindicatos en transformación analiza los cambios fundamentales en el mundo del trabajo y las principales transformaciones que estos cambios pueden entrañar para los sindicatos.

ACTRAV INFO: ¿Podría explicar con más detalle que conlleva exactamente la labor de ACTRAV en los Sindicatos en transición?

Por supuesto. La Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo, que fue adoptada en la Conferencia Internacional del Trabajo en 2019, identifica cuatro motores principales que tienen un impacto en el mundo del trabajo. Éstos son la globalización, y los cambios demográficos, medioambientales y tecnológicos. Huelga decir que estos motores afectan a los mercados de trabajo actuales y futuros y, por consiguiente, al futuro de los sindicatos en todo el mundo: el potencial para organizar y servir a los trabajadores, y para hablar con una sola voz y participar en el diálogo social inclusivo y eficaz.

A la luz de esto, ACTRAV ha elaborado un programa de trabajo sobre los Sindicatos en transición que gira en torno a los cuatro principales pilares siguientes:

a) en primer lugar, la representación y los servicios sindicales, a saber, la capacidad de los sindicatos para responder a las preocupaciones por la disminución de las tasas de sindicalización, y el fomento de prácticas innovadoras y prometedoras para organizar, representar y servir a los miembros;

b) en segundo lugar, la consolidación de los sindicatos, a saber, abordar la gran diversidad e incluso las divisiones entre las organizaciones sindicales, para que puedan actuar y hablar con una sola voz sobre cuestiones que son fundamentales para los trabajadores;

c) la gobernanza interna de los sindicatos, incluidos los déficits democráticos, la participación de las mujeres en la gestión, la representación de los trabajadores jóvenes, y las estrategias de comunicación, entre otras cosas y, por último,

d) el diálogo social inclusivo y efectivo sobre las cuestiones de hoy en día y del futuro. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, por ejemplo, es una plataforma importante para que los sindicatos entablen un diálogo social sobre cuestiones más generales sobre el desarrollo socioeconómico y sostenible que afectan a los trabajadores en todo el mundo.

En los diversos seminarios en línea que hemos organizado en los últimos meses en Asia, América Latina, África y Europa, en los que se han examinado estos temas con los dirigentes sindicales nacionales, regionales y mundiales, hemos observado un enorme interés por discutir estos importantes interrogantes, y por actuar al respecto.

ACTRAV INFO: Ahora, apoyándose en sus años de experiencia trabajando con los sindicatos en todo el mundo, ¿qué deberíamos esperar para los sindicatos, y de los sindicatos?

En nuestra labor continua, y apoyándonos en el análisis realizado por el Prof. Viser, estamos explorando cuatro escenarios para los sindicatos. Éstos son:

• en primer lugar, la marginación de los sindicatos, caracterizada por la disminución de las tasas de sindicalización y por el envejecimiento de los sindicatos;
• en segundo lugar, la dualización, o la tendencia a que los sindicatos se defiendan en los ámbitos en los que son tradicionalmente fuertes, es decir, los trabajadores en una relación de trabajo estable, en las grandes empresas, en el sector público, etc.;
• en tercer lugar, la sustitución, en la que los sindicatos compiten con otros actores, tales como las organizaciones no gubernamentales (ONG), los empleadores (por ejemplo, a través de la participación directa de los trabajadores en la empresa), y otros organismos intermediarios, tales como los abogados cuando abordan los conflictos laborales),
• y por último, la revitalización, entendida como tácticas y coaliciones innovadoras para fortalecer los sindicatos como actores fuertes, pertinentes, democráticos y representativos al organizar y servir a una “nueva fuerza de trabajo inestable” en los países tanto del hemisferio Norte como del hemisferio Sur.

Es evidente que la opción preferida es la revitalización y, al tiempo que reconocen los múltiples retos que se plantean, los sindicatos han estado tomando medidas y existen muchos casos en los que se han estado organizando y sirviendo a grupos de trabajadores emergentes o tradicionalmente subrepresentados.

En Jordania, por ejemplo, los sindicatos participan en facilitar el acceso a los refugiados sirios al mercado de trabajo formal. En Uzbekistán, los sindicatos están organizando a los trabajadores estacionales, por ejemplo, permitiendo la doble afiliación temporal. Los sindicatos daneses han firmado un convenio colectivo con una plataforma de trabajo digital sobre cuestiones como la transición del empleo por cuenta propia a la condición de empleado, la cobertura de seguro o la resolución de conflictos. El movimiento sindical australiano está organizando y sirviendo a los trabajadores jóvenes, por ejemplo, a través de Centros para Trabajadores Jóvenes (YWC) con una ventanilla única. Además, los sindicatos participan cada vez más en los nuevos debates de política sobre una transición justa, los derechos de la población LGBTI, la protección de datos, el derecho a la desconexión, la tributación justa, la violencia y el acoso en el trabajo, y la disparidad salarial por motivo de género, por citar algunos. Los sindicatos están explorando tácticas y alianzas innovadoras, utilizando las redes sociales y movilizándose en torno a campañas internacionales. Varios sindicatos en todo el mundo han organizado huelgas digitales o piquetes por los conductores de la economía de plataformas, o están dirigiéndose específicamente a los trabajadores jóvenes a través de la organización virtual y de las redes sociales, incluida la utilización de podcasts o de TikTok.

Así pues, si bien los movimientos sindicales se enfrentan a retos cada vez mayores para seguir siendo una voz integral de la justicia social, observamos indicios alentadores de que muchos sindicatos en todo el mundo se están adaptando al mundo del trabajo en continua evolución. Queda por ver si esto ocurrirá con la efectividad y rapidez necesarias. Sin embargo, está claro que, para que tenga lugar una recuperación inclusiva que no deje a nadie atrás, los sindicatos deben encarar los principales retos en nuestros mercados de trabajo y desempeñar un papel central al reconstruir mejor y promover los programas laborales y sociales, especialmente ahora, en tiempos de COVID-19.

ACTRAV INFO: Esto nos lleva a nuestra última pregunta: ¿cuál es el siguiente paso?

El contexto actual está obligando a las organizaciones de trabajadores a hacer un balance de los riesgos y oportunidades que conllevan los múltiples cambios operados en el mundo del trabajo, lo que incluye la actual pandemia de la COVID-19, y a considerar posibles escenarios para el cambio progresivo.

Con este fin, ACTRAV está estudiando la manera en que la pandemia de la COVID-19 está afectando a las principales funciones de los sindicatos, a saber, su capacidad para organizar, representar y servir a todos los trabajadores.

Junto con el Centro Internacional de Formación, se está elaborando un programa de formación virtual con miras a apoyar a los dirigentes sindicales a nivel subregional, regional e interregional, en torno a los siguientes pilares:

• evaluar las transiciones clave particulares y los retos de sostenibilidad a los que se enfrentan los sindicatos;
• analizar detenidamente los cuatro posibles escenarios mencionados anteriormente;
• sobre la base de las experiencias de los dirigentes sindicales, discutir las mejores prácticas para la revitalización sindical;
• aprender de las respuestas sindicales en tiempos de COVID-19, centrándose en particular en prácticas satisfactorias a través de las cuales los sindicatos han mostrado resiliencia y están al frente de la formulación de respuestas de política a la pandemia de la COVID-19 a través de la negociación colectiva y del diálogo social efectivos e inclusivos y, por último,
• utilizar la previsión o la reflexión sobre escenarios para ayudar a los sindicatos a hacer frente a la incertidumbre, a anticipar el cambio, a explorar posibles futuros y permitir la acción transformadora.

Como conclusión, ésta no es la primera crisis y no será la última. Los sindicatos han mostrado resiliencia con los años, y creo que tienen la capacidad para continuar adaptándose a los cambios en el mundo del trabajo y en toda la sociedad. Deben seguir desempeñando un papel central al reconstruir mejor y potenciar el desarrollo humano inclusivo y la ciudadanía activa, y al fortalecer la democracia y promover la justicia social.