Multilateralismo y COVID-19

Multilateralismo, ODS y COVID-19: ¿qué papel deben asumir las organizaciones de trabajadores?

Razones por las que el multilateralismo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODG) de las Naciones Unidas, por su carácter abarcador, adquieren aún más relevancia como respuesta a la pandemia de COVID-19.Maria Helena ANDRE, Directora de la Oficina de Actividades para los Trabajadores de la OIT, comparte su opinión sobre el papel fundamental que deben desempeñar las organizaciones de trabajadores para responder con eficacia a la pandemia de COVID-19….

Noticia | 21 de abril de 2020
Contacto: Hilma Mote, mote@ilo.org
Maria Helena ANDRE, Directora de la Oficina de Actividades para los Trabajadores de la OIT (ACTRAV)

ACTRAV INFO: ¿Por qué cree que el multilateralismo es una de las respuestas de mayor alcance a la crisis de COVID-19?

COVID-19 es una crisis polifacética, la más grave que muchos de nosotros vivirá en toda su vida. Por su magnitud y sus efectos imprevisibles, podría hacer tambalear la confianza en el multilateralismo y sus instituciones, lo que sería un error devastador. Aunque en muchos aspectos no es comparable con la crisis económica y financiera mundial de hace diez años, se puede afirmar que las repercusiones económicas y sociales en aquel momento habrían sido mucho peores de no haber sido porque muchos gobiernos adoptaron políticas extraordinarias y respuestas pragmáticas. Las medidas estuvieron acompañadas de la encomiable asistencia de los diversos socios para el desarrollo, incluidos los organismos de las Naciones Unidas, las instituciones financieras internacionales y los bancos multilaterales de desarrollo.

ACTRAV INFO: ¿Cuál es, a su parecer, el papel de los ODS en esta crisis?

Aún no se ha establecido enteramente el efecto a escala nacional, regional y mundial de la crisis sanitaria en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Sin embargo, no hay duda de que la crisis ha evidenciado, ahora más que nunca, que los ODS y en particular el objetivo 8 sobre trabajo decente y crecimiento económico, ofrecen una respuesta de máximo alcance, en la medida en que abarcan la dimensión social, económica y medioambiental. Engloba metas de inclusión social, trabajo decente, crecimiento económico sostenido, distribución equitativa de la riqueza y preservación del medio ambiente. Además, con el objetivo 8 ya se nos ha planteado que reconsideremos y cambiemos nuestra relación con el medioambiente, nuestra conducta y formas de acumulación y consumo.

Sin embargo, el que en el contexto actual se pueda avanzar en los ODS depende de una serie de factores interrelacionados. En primer lugar, los interlocutores sociales, trabajadores y empleadores, junto con gobiernos y organismos de desarrollo deben participar con mayor eficacia en el Sistema de Desarrollo de las Naciones Unidas (SDNU) para dar respuestas rápidas en materia de políticas y programas. En segundo lugar, depende de la determinación de los dirigentes nacionales para mantener los recursos destinados a los ODS y de su capacidad para adaptarse a las nuevas demandas e iniciativas de política que vayan surgiendo. En tercer lugar, de la cantidad de recursos (humanos y financieros) movilizados localmente y a través de asociaciones mundiales y regionales para abordar los desafíos, tanto inmediatos como a largo plazo. Y por último, depende de que a nivel político entiendan que las medidas adoptadas en respuesta a la pandemia de COVID-19 forman parte, en su mayoría, de la aplicación de la Agenda 2030, si bien llegan de la mano de la crisis.

ACTRAV INFO: ¿Por qué las organizaciones de trabajadores deben seguir implicándose durante esta crisis en los procesos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas?

Con la crisis actual las organizaciones de trabajadores deberían tener aún más motivos para implicarse más y mejor en el Sistema de Desarrollo de las Naciones Unidas (SDNU). El sistema reformado de las Naciones Unidas apoya la aplicación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible a nivel nacional. Por otro lado, el Marco de Cooperación (MC) es el instrumento que dirige todo el ciclo del programa. Sirve de brújula para la planificación, aplicación, supervisión, presentación de informes y evaluación del apoyo colectivo de las Naciones Unidas de cara a lograr la Agenda 2030. El marco de cooperación registra las necesidades de los países y adapta sobre el terreno la respuesta y presencia del sistema de desarrollo de las Naciones Unidas (SDNU) a fin de mejorar la coordinación, eficacia y transparencia del propio sistema de desarrollo.

Los procesos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas ofrecen, además, a los sindicatos e interlocutores sociales en general el espacio e impulso necesarios para participar en la toma de decisiones desde procesos multilaterales democráticos y transparentes. Les da terreno para exigir una mayor coherencia en las políticas, mejor aplicación y mejor rendición de cuentas. Por otra parte, los sindicatos pueden demostrar la importancia del diálogo social y las alianzas sociales para el desarrollo nacional. Y lo más importante, deben asegurarse de que los países no pierdan de vista las barreras estructurales para el desarrollo nacional al tiempo que responden a las necesidades a corto plazo. Los ODS ofrecen soluciones sostenibles a problemas estructurales. Tienen un alcance preventivo y un enfoque polifacético.

ACTRAV INFO:  ¿Qué repercusiones probables tendrá la crisis en las organizaciones de trabajadores y los sindicatos en particular?

A medida que vayan enfrentando los desafíos de la pandemia de COVID-19, va a ser fundamental para los países contar con organizaciones sindicales adecuadas, enmarcadas en un sistema funcional de diálogo social tripartito. En efecto, la única manera de reorganizar los sistemas de protección social, económica y ambiental después de la crisis es a través de la cooperación multilateral para el desarrollo, a través de alianzas multisectoriales, nacionales y regionales, inscritas en instituciones y en una cultura de diálogo social sólidas. Ningún país y, sin duda, ningún organismo de las Naciones Unidas, puede hacer frente por sí solo a esta crisis. Por ello, la Agenda ONE UN gira en torno a un gobierno mundial más inclusivo, mayor coherencia en las políticas, coordinación institucional multilateral y sectorial y armonización de prioridades.

Por el carácter polifacético de la crisis y sus efectos imprevisibles, se podría caer en la tentación de promover respuestas políticas unilaterales en lugar de medidas multilaterales. Por lo tanto, los sindicatos deben permanecer vigilantes e insistir en el uso de mecanismos de diálogo social a todos los niveles pertinentes para la adopción de decisiones a lo largo de la crisis. Los sindicatos pueden ayudar a sus países a salir fortalecidos de esta crisis movilizando su afiliación a los ODS; pueden exigir a los gobiernos celeridad y actuación, presentar propuestas nuevas e innovadoras para el desarrollo sostenible desde una perspectiva sindical.

ACTRAV INFO: ¿Qué mensaje final desea hacer llegar a las organizaciones de trabajadores?

La actual pandemia sanitaria y su ulterior crisis requieren organizaciones sindicales más receptivas, con sólidas competencias políticas y técnicas que les permitan participar e influir, en todos los planos, en la Agenda Global de Desarrollo Sostenible (ODS). Por consiguiente, los sindicatos deberían:
  • Comunicarse con los distintos equipos de los países de las Naciones Unidas, en particular con los coordinadores residentes, y ofrecer soluciones desde una perspectiva sindical.
     
  • Utilizar el MC como vehículo para pedir que se alineen las políticas y estrategias sociales y económicas, desde el desarrollo común de un análisis del país hasta planes de reconstrucción poscrisis. 
     
  • Utilizar el MC para asistir a los gobiernos en la toma de decisiones políticas fundamentales de protección social, económica y ambiental. Cómo proteger, por ejemplo, los puestos de trabajo sin poner en riesgo la salud de los trabajadores; cómo aplicar las medidas necesarias frente a la pandemia sin acabar con el medio de subsistencia; cómo movilizar y asignar los recursos financieros y humanos necesarios sin exacerbar la crisis de deuda nacional; cómo extender la protección social a quienes más lo necesitan; cómo proteger los ingresos, los puestos de trabajo; cómo reconstruir, remodelar, reorganizar las prioridades e infraestructura económicas y sociales más allá de la crisis. 
     
  • Aprovechar los mecanismos de diálogo social existentes para alcanzar un consenso tripartito sobre cuestiones de suma importancia mutua. Más que nunca, las instituciones de diálogo social se vuelven indispensables para, junto con las organizaciones de empleadores, exigir cuentas a los interlocutores sociales.
     
  • Los principios y derechos fundamentales en el trabajo, junto con otras normas internacionales del trabajo, conforman una sólida base para elaborar y aplicar medidas a nivel nacional frente a la crisis de COVID-19.
  • Los programas de trabajo decente por país (PTDP) constituyen instrumentos eficaces para aliviar el fortísimo impacto de la crisis sobre el empleo y el mercado laboral, ya que promueven la agenda de trabajo decente de la OIT para garantizar derechos en el trabajo, extender la protección social y el diálogo social, así como promover empleos con perspectiva de género como tema transversal.
La oficina de actividades para los trabajadores (ACTRAV) de la OIT está dispuesta a apoyar los esfuerzos de desarrollo de la capacidad institucional de los sindicatos en materia de políticas de desarrollo y, en concreto, en los procesos de sistemas de desarrollo de las Naciones Unidas.