Statement by Sr.Leroy Trotman(trabajador, Barbados)

Declaración | Genève | 17 de junio de 2011

Habiéndome avisado de esto, me pregunto si debería pronunciar mi discurso habitual de 90 minutos o uno más largo. Pero sé que debemos concluir esta reunión de la Conferencia y hay personas que tienen que tomar aviones, así que decidí que aprovecharía la ocasión simplemente para expresar mi gratitud a todos ustedes.

Aprovecho esta oportunidad para dar las gracias a todos ustedes, porque a lo largo de los años me han hecho sentirme orgulloso de formar parte de la familia de la economía real, del mundo real, y de ver que juntos hemos contribuido de manera significativa a la tarea de construir un mundo mejor.

Debo volver la mirada a los bancos de los trabaja-dores y a mi propio país, Barbados (muy pequeño), que cuenta con menos de 300.000 habitantes, y agradecerles que me hayan permitido unirme a ustedes, que representan a países de millones y, en el caso de dos de ellos, a miles de millones de habitantes, para tratar de aportar una contribución al buen desarrollo de nuestras deliberaciones.

Vine por primera vez como observador en 1972, me eligieron Presidente de la CIOSL en 1992 y ese año pasé a ser miembro del Consejo de Administración, y luego me distinguieron ofreciéndome el cargo de Presidente: todo esto representa un gran honor no sólo para mí sino también para mi pequeño país y para toda la Comunidad Económica del Caribe. En nombre de todos ellos les digo «gracias».

Quisiera también indicar algunos acontecimientos señeros en los que participé y que recordaré ahora, al expresar mi agradecimiento, puesto que para mí tienen mucha importancia. En primer lugar, la discusión general sobre el diálogo social tripartito, poco tiempo después de haber sido nombrado miembro del Consejo de Administración. Luego me ocupé de las peores formas de trabajo infantil; dirigí el debate en nombre del Grupo de los Trabajadores, y el Convenio y la Recomendación correspondientes fueron aprobados por esta augusta asamblea sin un solo voto en contra. Todavía recuerdo este hecho con orgullo y lo leerán en mis memorias algún día.

Más tarde, me involucré en esa gran tarea que consiste en facilitar intercambios reales entre los gobiernos, los trabajadores y los empleadores. En el Consejo de Administración, en particular, hemos alcanzado un nivel de diálogo social tripartito muy elevado. Quiero pensar que en algo he contribuido a ello.

La Declaración sobre la justicia social para una globalización equitativa, de 2008, el Piso de Protección Social y el Pacto Mundial para el Empleo, la igualdad de género, y ahora, al retirarme, el Convenio sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, son ejemplos de logros importantes a los que contribuí. Pero también mencionaré algunas lecciones que hemos aprendido: que cuando uno cree en algo eso no significa que el resto del mundo lo entienda de la misma manera; que debe haber un alto nivel de comprensión y de respeto, que cada ser humano, cada delegado le debe ese respeto a cada hombre, a cada mujer. Para abordar las grandes cuestiones de política hay que empezar respetando los valores humanos.

He aprendido que deberíamos preservar con celo nuestro tripartismo y espero que si algo recuerdan de mis palabras, sea la importancia de preservar el carácter tripartito de nuestras instituciones. Cuando vienen a visitarnos altos dignatarios siempre deberíamos hacerles entender qué es lo que nos diferencia de los demás, y deben poder reunirse con representantes de los trabajadores y de los empleadores, para que sepan que los gobiernos no son los únicos en esta casa, pese a que naturalmente los respetemos mucho, pero también hay que respetar a los empleadores y a los trabajadores.

Quiero también señalar que hoy más que nunca hay que insistir en la importancia de los valores de la OIT. El camino va a ser arduo y para tener éxito debemos recorrerlo teniendo en cuenta nuestros valores.

Gracias, señor Presidente, por esta oportunidad que se me brinda. Gracias a toda la OIT, al Director General, a los miembros del Sindicato del Personal, y a cada una de las personas que participan en nuestra labor. Les agradezco que me hayan ayudado a materializar mi contribución.

Doy las gracias también a los representantes de los gobiernos, de los empleadores y de los trabaja-dores que han trabajado conmigo, que me han ayudado a forjar las ideas que hemos presentado y que se han convertido en parte de mi familia y de mi círculo de amistades. Gracias por darme la oportunidad de contribuir, les deseo todo lo mejor.

Por último, deseo dar las gracias a mi Gobierno y a los gobiernos del Caribe, por haber depositado su confianza en mí durante más de treinta años, no sólo en la OIT, también en general en el servicio público y en el movimiento sindical. Han tenido fe en mí, espero no haberles defraudado.

Y al despedirme de ustedes, quisiera que sepan que, aunque no haya mencionado a todos por su nombre, aunque no hayamos hablado personalmente, he aprendido a respetarlos y a comprenderlos y a interesarme por sus reflexiones e ideas. Les deseo el mayor de los éxitos. Y como me apoyaron a mí, espero que sigan apoyando a quienes van a continuar la labor en el Grupo de los Trabajadores.